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Europa acapara las compras y fusiones

Crecen las operaciones ajenas a la Bolsa, las transnacionales y las de compañías medianas en los primeros meses de 2001

Hace quince días, en Bruselas, tres empresas europeas, la francesa Usinor, la luxemburguesa Arbed y la española Aceralia, anunciaron un acuerdo de fusión que va a alumbrar, en otoño, el mayor gigante mundial del acero (un 6% del mercado, 46 millones de toneladas de producción anuales y un valor en Bolsa de 1,15 billones de pesetas). En España, en los primeros meses de este año, se ha frustrado una macrofusión entre Endesa e Iberdrola por restricciones impuestas por el Gobierno a la operación en nombre de la competencia, hay varias ofertas de adquisición en liza sobre Hidrocantábrico y Asturiana del Zinc, en las que participan compañías extranjeras europeas, y varias opas entre compañías domésticas en otros sectores como el inmobiliario.

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'Durante los primeros meses de 2001 sigue habiendo una cierta desaceleración en los procesos de fusiones y adquisiciones, continuidad de la registrada en el último trimestre del año pasado y muy relacionada con el cambio de sentimiento de los inversores hacia las grandes operadaras de telecomunicaciones por su elevado endeudamiento. Sin embargo, el mercado de las concentraciones empresariales sigue muy vivo, hay muchas operaciones en torno a compañías pequeñas y medianas que están fuera de las bolsas y que trascienden poco a la opinión pública, y sobre todo en estos momentos hay una gran cantidad de proyectos en estudio que podrían materializarse en los próximos meses', afirma Jorge Riopérez Orta, socio director de Corporate Finance de KPMG. 'Nosotros somos muy optimistas sobre el segundo semestre y sobre el balance final del mercado de fusiones y adquisiciones este año', agrega. Un optimismo acorde con los resultados de un estudio reciente del Instituto de Estudios Económicos (IEE) en el que se afirmaba que el 60% de las compañías españolas con una facturación anual superior a los 90,1 millones de euros (15.000 millones de pesetas) están dispuestas a comprar otras empresas o a fusionarse con ellas.

Expertos y bancos de inversión creen que el leve frenazo en el movimiento mundial de concrentración empresarial -en 2000, hasta el 31 de octubre, se plantearon más de 30.000 operaciones de fusiones y adquisiciones de empresas por un valor conjunto que rebasa los tres billones de dólares (unos 570 billones de pesetas)- es pasajero y que lo que está cambiando, y puede cambiar más en los próximos meses, es el escenario, los protagonistas y la forma de llevar adelante los acuerdos matrimoniales. La desaceleración de las fusiones y adquisiciones anunciadas, que según datos de Thomson Financial han caído en los dos primeros meses del año a una cifra de 309.000 millones de dólares desde los 818.000 millones del mismo periodo en 2000, está siendo especialmente intensa en EE UU y en el sector de telecomunicaciones. En Europa, y en otros sectores de la economía, el frenazo es mucho menor y, al contrario de lo que ocurre al otro lado del Atlántico, las expectativas para el negocio de compraventa de empresas en el conjunto de 2001 no son pesimistas.

'Durante muchos meses', en 1999 y buena parte de 2000, se hicieron 'multitud de operaciones con gran rapidez, urgidas más por la competencia de objetivos con otras empresas que por un estudio serio de complementarieades y sinergias entre compañías y auspiciadas por una gran liquidez en los mercados', señaló recientemente a este suplemento Raúl Vazquez, socio de Arthur Andersen. Una evolución que contrasta, a su juicio, con 'las fusiones y adquisiciones de la primera parte de la década de los noventa, que resultaban mucho más complejas y dificiles de financiar'. Una complejidad que ahora vuelve a resurgir a juzgar por las palabras recientes del presidente para Europa de Merrill Lynch, Guy Dawson, que ha señalado que 'hay falta de confianza entre los presidentes de las compañías y que las valoraciones resultan muy dificiles de calcular por la enorme confusión que existe en los mercados'.

Falta y sobra dinero

Ahora, el escenario ha vuelto a cambiar como consecuencia de las profundas caídas de los valores tecnológicos en el Nasdaq y en las principales bolsas del mundo y por el descubrimiento de que en la nueva economía no es oro todo lo que reluce. 'Entre un 30% y un 40% de las fusiones y adquisiciones que están planteadas en estos momentos corresponden a transacciones muy pequeñas, a fondos de desarrollo. Hay escasez de financiación a largo plazo, pero hay abundante capital dispuesto a invertir a corto plazo en cualquier proyecto solvente como capital semilla o en compañías medianas y pequeñas consolidadas y con nuevos enfoques de su negocio tradicional', señala el socio de KPMG. 'Hay mucho dinero en fondos de capital-riesgo que no puede quedarse parado y que está forzado a operar', agrega Jorge Riopérez.

Las tendencias para 2001, explica este experto, apuntan a una leve recesión en el sector de telecomunicaciones, que en este momento lidera la clasificación de compraventas por sectores. 'El ritmo de operaciones en estas compañías se está haciendo más lento, ya que los niveles de actividad del pasado año son dificiles de mantener y, además, por el peso del endeudamiento que arrastran tras las elevadas cantidades que han desembolsado en la adquisición de licencias europeas de telefonía movil de tercera generación'.

Las fusiones y adquisiciones, y especialmente la creciente dimensión internacional de las mismas, va a proseguir, según el socio de KPMG, y con renovado vigor 'en Europa por el protagonismo que están tomando en estos movimientos las compañías medianas'. Los datos de un estudio que realiza anualmente esta consultora sobre operaciones transfronterizas de compraventa de empresas en el mundo son concluyentes:

- En 2000 se cerraron en firme 22.781 fusiones y adquisiciones de empresas por un valor de 3,015 billones de dólares (unos 543 billones de pesetas), de ellas más de una tercera parte de las operaciones fueron transfronterizas y supusieron el 41% del importe global de las compraventas.

- Los países de Europa Occidental son los más activos en la adquisición de empresas fuera de su propio mercado, especialmente en Estados Unidos y Canadá. Las compras europeas de empresas extranjeras alcanzaron el año pasado los 320.000 millones de dólares (unos 58 billones de pesetas), con un incremento del 41% sobre las cifras de 1999, y de ellas algo más de las dos terceras partes -224.000 millones de dólares (unos 40,3 billones de pesetas)- correspondió a inversiones en los dos mercados norteamericanos referidos. Los europeos invirtieron 2,5 veces más en compras de empresas norteamericanas que los inversores de este área en adquisiciones de compañías del viejo continente. Además, diez de las 30 mayores operaciones a nivel mundial fueron protagonizadas por empresas europeas y tuvieron como destino compañías norteamericanas.

Estos datos, resalta Riopérez, muestran 'la voluntad de las empresas europeas de invertir en el exterior y su convencimiento de que para alcanzar una dimensión global necesitan obtener cuota de mercado en Estados Unidos'.

Entre las grandes transacciones cerradas por compañías de Europa Occidental el pasado ejercicio en Norteamérica destacan la compra de Atlantic Richfiel por el grupo BP Amoco, valorada en 25.000 millones de dólares (aproximadamente, 4,5 billones de pesetas); la compra de la empresa canadiense Seagram por la francesa Vivendi por 24.000 millones de dólares (4,32 billones de pesetas) o la adquisición de Bestfoods por parte del grupo Unilever por 20.000 millones de dólares (3,6 billones de pesetas).

En Europa, las mayores operaciones cerradas de grupos norteamericanos han sido protagonizadas por NTL y Chase Manhattan con un desembolso de unos 20.000 millones de dólares (alrededor de 3,6 billones de pesetas).

El socio director de KPMG Corporate Finance en España, sin embargo, se muestra mucho más optimista con el mercado europeo de fusiones y adquisiciones para este ejercicio que con el norteamericano. Concentraciones multinacionales como la que ahora plantean Usinor, Arbed y Aceralia en el acero, o la creación en julio pasado del consorcio europeo de aeronáutica y defensa EADS (fruto de la fusión de la compañía francesa Aerospatiale-Matra, la alemana DASA y la española CASA), son excepciones que confirman la regla. 'En la mayoría de los sectores o industrias básicas no existen todavía grandes conglomerados empresariales con dimensión europea capaces de competir con los gigantes de Estados Unidos', señala Jorge Riopérez.

Queda mucho camino por recorrer en la creación de grandes corporaciones empresariales paneuropeas y, pese a las reticencias de los gobiernos nacionales a perder el control sobre compañías o sectores relevantes para sus economías (en especial en antiguos monopolios de servicios públicos y en compañías financieras), y pese al grado de desconfianza e incertidumbre que todavía existe en muchos sectores respecto al euro, inexorablemente van a ir produciendose fusiones y adquisiciones de empresas de gran tamaño tendentes a ese objetivo, según los expertos.

Las mejores perspectivas para este año en concentraciones transnacionales, sin embargo, a juicio de Riopérez, corresponden al mercado de transacciones intermedias (por debajo de 1.000 millones de dólares) y, en función de la situación económica, a Europa Occidental en general y en especial a Alemania. Hay más dudas respecto a la evolución del mercado de compraventas empresariales en el Reino Unido (en 2000 fue el país que registró un mayor número de adquisiciones, con un valor conjunto de 337.000 millones de dólares, y el que protagonizó la mayor transacción de este tipo con la fusión Vodafone/Manesman, valorada en 173.000 millones de dólares) y temores fundados sobre la desaceleración del crecimiento de estas operaciones en Estados Unidos.

La situación de las bolsas, y el desplome de las cotizaciones de los valores estrella de Internet y Telecomunicación hasta hace un año, propicia el menor recurso a los mercados, la apuesta por compañías más tradicionales y consolidadas y el mayor protagonismo de inversores particulares en la financiación de las fusiones y adquisiciones empresariales. El alto número de fracasos en las fusiones anunciadas o emprendidas, casi dos de cada tres no se culminan con éxito, y la muy frecuente pérdida de valor para los accionistas de las sociedades que actúan como compradoras en los acuerdos explica también el cambio que se está produciendo en las operaciones de concentración. No en vano, según ha desvelado un estudio de la compañía IBM y de la Confederación de Organizaciones Empresariales Británica (CBI), los accionistas europeos pierden cada año 930 millones de euros (unos 155 billones de pesetas) por operaciones de fusiones y adquisiciones mal desarrolladas. Un 70% de estas transacciones no ofrecen los resultados previstos.

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