Italia irá a las urnas el 13 de mayo en unas elecciones que la derecha confía en ganar
Amato amenaza con no presentarse a las elecciones, descontento con El Olivo
Rutelli y Berlusconi se mostraron satisfechos con la fecha elegida por el Gobierno, aunque la modalidad de juntar en un solo día las elecciones generales y las locales no ha gustado a la Casa de las Libertades (el Polo más la Liga Norte). El centroderecha teme ver oscurecido un triunfo que da como seguro por los éxitos parciales que pueda obtener el centroizquierda en capitales importantes como Roma o Turín.
La reacción de Berlusconi a la elección del 13 de mayo fue inmediata y demostró que la campaña electoral está ya en marcha desde hace semanas. 'Lo importante es que ya tenemos la fecha. Los italianos acudirán a votar el 13 de mayo para restablecer las reglas de la democracia, herida por los transfuguismos y las leyes que pretenden amordazar a la oposición', dijo. 'Ese día no se elegirá simplemente entre los candidatos, será una elección decisiva entre la Italia del no hacer y la Italia del hacer, de la Casa de las Libertades'. La decisión del Consejo de Ministros causó cierto malestar en los sectores de El Olivo más cercanos a Rutelli, convencidos de que indica de algún modo la reafirmación de la autoridad de Giuliano Amato, puesta en entredicho últimamente por algunas declaraciones y actitudes del candidato a la presidencia del Gobierno de El Olivo. Ayer trascendió que Amato está molesto con sus socios de coalición hasta el punto de no querer presentarse siquiera a las elecciones, y los repetidos intentos de los líderes de El Olivo para hacerle cambiar de idea no han dado resultado. El primer ministro ha decidido desaparecer del escenario electoral a raíz de que Rutelli le propusiera la semana pasada como candidato ideal por la circunscripción de Grossetto (una pequeña localidad del Argentario, al norte de Roma). 'Normalmente, un primer ministro se postula como candidato en una capital', comentó disgustado uno de los colaboradores de Amato. En ayuda del jefe del Ejecutivo ha acudido el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, quien le ha ofrecido, al parecer, la presidencia de la comisión que prepara la Constitución Europea.
Prematuros
Amato dijo ayer que estos comentarios eran prematuros e inexactos. En todo caso, no le faltan propuestas. El propio Berlusconi ha declarado más de una vez en círculos íntimos que el ex brazo derecho de Bettino Craxi sería 'un excelente ministro de Exteriores del Gobierno de centroderecha'. Ayer, Rutelli, ansioso de quitarle hierro a la disputa, se apresuró a declarar que Amato entrará en su futuro e hipotético Gobierno.
Sospechas de deslealtad aparte, el margen de maniobra del Gobierno en materia de selección de la fecha de las elecciones era bastante pequeño. Dado que el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, firmó el decreto de disolución del Parlamento el jueves 8 de marzo, las elecciones no podían celebrarse antes del domingo 29 de abril ni más tarde del domingo 13 de mayo porque la legislación impone un plazo para ir a las urnas de más de 45 y menos de 70 días a partir de la fecha de publicación de la convocatoria en el Boletín del Estado. Votar más tarde hubiera requerido agotar la legislatura, es decir, terminarla el 9 de mayo (cinco años justos después de su inicio), pero de este modo, Francesco Rutelli, ex alcalde de Roma, no se habría podido presentar porque no dimitió de su cargo de primer edil seis meses antes de la fecha de las elecciones, como es preceptivo.
Votar antes, es decir, el 22 de abril, no le habría permitido a El Olivo aprobar en las dos Cámaras la importante ley descentralizadora (calificada un tanto pomposamente como federalista) del Estado, que modificará la Constitución una vez reciba el refrendo de los ciudadanos en una consulta popular. Se trata de una ley importante porque la cuestión de la organización más o menos autonómica de la república era una asignatura pendiente del centroizquierda. Las otras dos fechas libres, el 29 de abril y el 6 de mayo tenían algunas pegas. En el primer caso por coincidir con el puente del Primero de Mayo, con lo que ello representa de amenaza abstencionista suplementaria, y en el segundo porque era la fecha preferida de Rutelli (y por lo tanto rechazada por Berlusconi), aparte de coincidir con el partido Roma-Juventus, en Turín, según se apresuraron a apuntar algunos agudos observadores, temerosos del desplazamiento masivo de hinchas a la capital del norte.
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