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Blair y Ahern no logran acuerdos tras 13 horas de reunión en el Ulster

El IRA decide reanudar los contactos con la Comisión de Desarme

"Los avances en este proceso son siempre paso a paso, pero yo creo que que hemos dado varios en dirección del objetivo común que todos compartimos", aseguró anoche el primer ministro británico en referencia a la reunión. Dos de los obstáculos básicos, el desarme del IRA y la reforma de la policía norirlandesa siguen, por ahora, estancados. La única novedad del día fue el comunicado del IRA, difundido horas antes. Ese gesto del grupo armado católico tomó por sorpresa a los primeros ministros cuando se disponían a iniciar el maratón negociador sobre las cuestiones pendientes del proceso de paz. Ambos declararon en la rueda de prensa posterior que la decisión del IRA era bienvenida, pero recordaron que ésta sólo será válida si va seguida de un verdadero desarme para "sentar las bases" de una normalización.

El IRA, en un golpe teatral, tomó la delantera a los partidos norirlandeses . El grupo indicó a John de Chastelein, presidente de la Comisión de Desarme, su intención de reanudar los contactos con vistas a iniciar un proceso destinado a poner sus armas "fuera de uso". Condicionó, sin embargo, el éxito de los contactos a la actuación del Gobierno británico en cuestiones de seguridad y justicia criminal. "Para lograr la paz duradera, todos deben jugar su parte", dice la organización en un comunicado en el que reitera su compromsio con el proceso de paz.

Blair y Ahern coincidieron en señalar que la iniciativa de la organización republicana no formaba parte de la coreografía prevista antes de las negociaciones que tuvieron lugar ayer en el castillo de Hillsborough, a las afueras de Belfast. Los unionistas, por su parte, descalificaron la promesa republicana como un intento para desviar la culpa ante un potencial fracaso del nuevo intento por afianzar el proyecto político.

Quedan menos de tres meses para que se cumpla el último plazo, revisado el año pasado, para aplicar el Acuerdo de Viernes Santo de 1998, pero los partidos norirlandeses siguen sin encontrar un punto común en las principales cuestiones. El distanciamiento en sus respectivas posiciones se centra en llamada desmilitarización del Ulster -reforma de la policía, retirada del Ejercito británico y decomiso de las armas ilegales-, que anoche no se resolvió.

Las elecciones previstas en mayo en el Reino Unido recortan, además, la capacidad de maniobra de los partidos. Una concesión al otro bando puede beneficiar a las formaciones contrarias al proceso de paz que vienen reforzando su apoyo popular.

"Creando espacio"

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Esta realidad llevó a los primeros ministros británico e irlandés a buscar ayer una solución provisional que, al menos, preserve el funcionamiento de las nuevas instituciones durante las próximas semanas. Pero habrá que esperar.

En este ambiente de pesimismo irrumpió el IRA "creando espacio" en la negociación, según señaló Gerry Adams, líder del Sinn Fein, a la entrada del castillo de Hillsborough. "Es una decisión unilateral. Una contribución y oportunidad que debemos explorar y desarrollar", dijo, por su parte, el presidente de la formación republicana, Pat Doherty.

No es la primera vez que el IRA se compromete a establecer contacto con De Chastelein y los participantes en la negociación intentaron ayer conocer el alcance de la nueva promesa. "Hace 13 meses prometieron iniciar un proceso para poner sus armas fuera de uso de una forma completa y verificable. Les quedan apenas tres para cumplir la promesa. Así que cuanto antes empiecen, mejor será", respondió el primer ministro autonómico, el unionista David Trimble.

Trimble necesita resultados prácticos del desarme, lo que él mismo llama "producto", para depositar su confianza en el movimiento republicano. Ayer, por lo pronto, se negaba a tomar de buena fe un comunicado que podría llevarle a levantar el veto sobre la participación del Sinn Fein en los encuentros ministeriales entre Belfast y Dublín.

Los primeros ministros británico (izquierda) e irlandés, Tony Blair y Bertie Aherm, ayer en el Ulster.
Los primeros ministros británico (izquierda) e irlandés, Tony Blair y Bertie Aherm, ayer en el Ulster.REUTERS

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