Una de cada cinco personas sufre dolor crónico
El incorrecto tratamiento de las enfermedades dolorosas genera un gasto anual de 760.000 millones
Una de cada cinco personas sufre dolores de forma constante por causas muy diversas: cáncer, artrosis, lumbalgias, cefaleas o deficiencias circulatorias. La mitad de estos pacientes lo sobrelleva sin un tratamiento específico, ya que el 38% no toma medicamentos y el 10% se automedica. En España, el dolor crónico -aquel que se prolonga más de tres meses- afecta a cerca de 10 millones de personas. Los datos corresponden a la Sociedad Española del Dolor (SED), que ha advertido que la incorrecta asistencia no sólo disminuye la calidad de vida de los enfermos, sino que genera unos costes anuales de alrededor de 760.000 millones de pesetas si se suman las bajas laborales, los ingresos en urgencias o las patologías que se derivan de no atajar sus efectos a tiempo.
Según la SED, la falta de unidades específicas provoca 'desasistencia en muchos casos' y un 'mal tratamiento del dolor en la sanidad pública'. Con estas cifras en la mano, la organización ha reclamado al Ministerio de Sanidad un plan nacional contra el dolor que regule su abordaje clínico a fin de que no dependa, como en la actualidad, de la voluntad de algunos médicos de impulsar unidades específicas dentro de sus hospitales, sino, por ejemplo, del número de camas de cada centro sanitario.
Un informe dado a conocer recientemente en Málaga por la sociedad científica deja en evidencia 'listas de espera de enfermos de dolor crónico de hasta seis meses de duración y un mal tratamiento generalizado de la enfermedad por el desconocimiento de muchos profesionales'. Una situación que, según la SED, exige 'un replanteamiento urgente' desde la Administración sanitaria con el objetivo de evitar el deterioro de la calidad de vida de los enfermos y reducir los costes económicos derivados del dolor.
Para la SED, un plan nacional permitiría la formación de los profesionales, la creación de unidades para una atención específica y, en definitiva, un tratamiento del problema más acorde con la amplia proporción de pacientes a los que afecta.
Según los datos de la SED, aunque en España el dolor crónico afecta a casi el 20% de las personas, el porcentaje representa la mitad de los índices de Suecia (40%) y es bastante más bajo que el de Estados Unidos (30%). Los expertos desconocen las causas de estas diferencias. Las cifras aportadas por la sociedad reflejan, además, que el 70% del dolor crónico corresponde a casos no oncológicos y el 30% restante a enfermos de cáncer.
El vicepresidente de la SED y jefe de la unidad del dolor del hospital Carlos Haya de Málaga, Manuel Rodríguez, resalta la necesidad de avanzar en su tratamiento porque una prevención adecuada evitaría sufrimientos inútiles a muchísimas personas: 'Hay un dolor repentino, agudo, que avisa de un fallo, como por ejemplo una apendicitis; pero el dolor crónico, como el de la artrosis, no tiene ninguna utilidad, sólo fastidia al paciente'. Y por tanto, es más difícil de soportar.
La sociedad científica también dio a conocer los resultados de un estudio realizado entre 3.585 pacientes de 10 hospitales de toda España. Según este trabajo, el 64% de los enfermos que acuden al servicio de urgencias de un hospital lo hace porque sufre dolor. De éstos, el 88,4% son casos agudos, el 3,2% crónicos y el 8,4% crónicos agudizados. Pero hay otro dato más significativo: en urgencias, la raíz del dolor sólo se trata en un 20% de los casos, ya que en el 68% de los pacientes la atención se orienta únicamente a atajar los síntomas. En el 12% restante se combinan ambos. Los expertos señalan incluso que en estos servicios se abusa de los antiinflamatorios en detrimento de los analgésicos, cuando 'no siempre la causa del dolor es antiinflamatoria'. Esta praxis médica no tiene ninguna consecuencia para el enfermo ya que, al no ser el tratamiento adecuado, las molestias reaparecen a las pocas horas. Rodríguez apunta, además, la existencia de reticencias de médicos, familiares y pacientes al uso de opiáceos.
La ofensiva de la SED para conseguir una mayor atención de las autoridades sanitarias se produce después de que el Parlamento Europeo haya aprobado la recomendación de que el dolor deje de ser considerado un síntoma y sea tenido por una enfermedad; un pronunciamiento que la Sociedad Española del Dolor pretende que asuma el Congreso, ya que impulsaría la formación de profesionales y la creación de nuevas unidades del dolor. En la actualidad, en España hay 118, pese a que la SED estima que existen más de 200 hospitales de tamaño medio que podrían tener unidades específicas. Este déficit provoca, según la organización profesional, 'la desasistencia de muchos pacientes'.
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