El presidente del BCE no ve razones para alterar la actual política monetaria
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, descartó ayer implícitamente un recorte de tipos el afirmar que no hay razones para alterar la actual política monetaria. En una comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos y Financieros del Parlamento Europeo, Duisenberg reiteró que la economía de la zona euro crecerá en torno a un 3% tanto este año como el próximo y pronosticó que en tres o cuatro meses la inflación se situará dentro del objetivo medio del 2% que se ha impuesto el BCE.
Seguramente a medida que se vayan confirmando esas buenas expectativas de inflación irán aumentando las posibilidades de un recorte de tipos. 'Desde noviembre de 2000 la evolución del mercado del petróleo y el tipo de cambio del euro han contribuido a reducir las presiones inflacionistas a corto plazo', explicó Duisenberg. 'En enero el ratio de incremento de los precios energéticos siguió cayendo, pero otros componentes del IPC armonizado, en particular los alimentos no elaborados y los servicios, aumentaron significativamente', advirtió.
Ante ese escenario de una inflación cayendo pero no totalmente dominada, sólo un grave parón económico abriría las puertas a una reducción de los tipos de interés en el futuro inmediato. Duisenberg dio una clara pista sobre el calendario al pronosticar que la inflación entrará en la senda del 2% 'a corto plazo'. Es decir, 'en tres o cuatro meses', aclaró enseguida.
Rechazó cualquier seguidismo sistemático a la política monetaria de EE UU. 'No hay una relación de automatismo', destacó. 'Nuestros tipos de interés están por debajo y nuestro crecimiento por encima', ensalzó para justificar que la zona euro no necesita alterar sus actuales tipos del 4,75% pese a que la Reserva Federal los ha recortado dos veces en pocas semanas para situarlos en el 5%.
Descartó una vez más que el parón en la economía estadounidense pueda trasladarse de forma mimética a la zona euro 'a pesar de que no vivimos aislados y seguimos muy de cerca la situación', porque el crecimiento europeo se sustenta en la demanda interna. 'Las exportaciones fuera de la zona euro serán menores, pero sólo suponen el 18% del PIB', recordó, 'y Estados Unidos es sólo una parte de esa cifra'. 'Ya estamos en una situación de ligero retroceso porque el año pasado crecíamos al 3,5% y este año y el siguiente lo haremos en una tasa próxima al 3%', reiteró. 'No hay ninguna razón para pensar que no estamos ante un futuro de crecimiento robusto y sostenible', insistió.
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