La CECA sugirió a El Monte y San Fernando que redujeran oficinas en los municipios menos habitados
Los consejos de administración de las cajas se reúnen hoy para comenzar su fusión
Los presidentes de El Monte (Isidoro Beneroso) y Caja San Fernando (Juan Manuel López Benjumea) comenzaron a hacer movimientos para su unión a principios de 1999, cuando el jefe del Ejecutivo andaluz, Manuel Chaves, anunció en el Parlamento su intención de promover la fusión de las seis cajas andaluzas para llegar a una gran entidad andaluza. Los detalles técnicos de la unión de El Monte y San Fernando están guardados bajo siete llaves y son esgrimidos tanto por los presidentes de las cajas para defender este proceso como por la consejera de Economía, Magdalena Álvarez, para censurarlo.
En este sentido, los sindicatos han insistido en este tiempo en que la fusión no debe perjudicar al empleo. Pero la unión plantea un problema cierto: ambas cajas tienen oficinas abiertas en pequeños y medianos municipios en los que la convivencia de varias sucursales parece inviable. Un primer análisis de la CECA, finalizado el 26 de marzo de 1999, concluía que la nueva entidad acumularía 'cifras de empleados y oficinas relativamente más elevadas de lo que correspondería a su dimensión de balance'.
Los técnicos de la CECA, en su primer borrador de este 'análisis provisional' basan su estudio en los resultados económicos que cosecharon ambas cajas en 1998. Los técnicos desmenuzan la red comercial de ambas cajas en Huelva, Sevilla y Cádiz, las provincias en las que tienen una posición relevante (una cuota de mercado superior al 25%). Aunque dejan el análisis sobre las oficinas de las tres capitales (188 en total) para 'un estudio más profundo', sí concluyen que 'atendiendo al ratio de habitantes por oficina, en Cádiz deberían permanecer las oficinas actuales', mientras que adelantan que habría 'posibles duplicidades' en las cápitales onubense e hispalense, sobre todo en esta última en la que aconsejan 'racionalizar' la distribución de las oficinas.
Coincidencias
En Chiclana, El Puerto de Santa María, San Fernando (Cádiz) y en Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas (Sevilla), municipios todos ellos con poblaciones de más de 50.000 habitantes en los que las cajas tienen oficina, la CECA estima que se pueden mantener abiertas las 30 sucursales existentes siempre que 'se intensifiquen las acciones comerciales'. Los problemas, según este análisis se centran en los pequeños y medianos municipios: una oficina de El Monte y otra de Caja San Fernando coinciden en nueve localidades de Huelva y Sevilla con poblaciones inferiores a 5.000 habitantes. En estos pueblos sobraría la mitad de las sucursales.
La CECA también recomiendan el cierre de siete de las 24 oficinas que ambas entidades tienen en 12 pueblos con poblaciones entre 5.000 y 10.000 habitantes. En las ocho localidades de entre 10.000 y 15.000 habitantes en las que coinciden, las oficinas sobrantes serían tres (sobre 18); en los 13 municipios de entre 15.000 y 25.000 habitantes habría que cerrar 10 (sobre 40) y en los nueve de entre 25.000 y 50.000 habitantes, las duplicidades inasumibles serían cuatro (sobre 36). En total, 33 de las 136 sucursales que coinciden en pequeñas y medianas poblaciones no tendrían negocio suficiente para justificar su continuidad. En estos 51 municipios, El Monte y San Fernando daban empleo, según los datos de 1998, a 438 personas, apenas la mitad de lo que acumulaban las dos entidades en las capitales de Huelva, Cádiz y Sevilla.
Las dos cajas se resisten a desvelar cuántas duplicidades se mantienen en la actualidad hasta iniciar conversaciones con los sindicatos pero la situación es muy similar, ya que desde hace dos años El Monte y Caja San Fernando pactan la apertura de nuevas sucursales para evitar nuevos problemas. En conjunto, las 33 empresas apenas suponen un 5% de la red comercial total de ambas entidades (694 oficinas) y los 438 empleados en los municipios conflictivos suponen poco más del 10% de la plantilla (3.736 trabajadores).
La CECA no se pronuncian sobre la operación pero sí constatan que sus líneas de negocio son muy parecidas, con la política de crédito volcada a vivienda y construcción y 'una estructura de balance muy similar entre sí y considerablemente distinta a la del resto de cajas'. Y también destacan que los puntos negros en la gestión de ambas entidades son semejantes aunque más acusados en San Fernando que en El Monte. Las dos cajas tienen gastos de personal y de explotación demasiado elevados y 'los riesgos han aumentado de modo importante desde 1995'.
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