Millonaria por una llamada de teléfono
María Prats, una palmesana de 61 años, es la ganadora del premio más alto que ha entregado un concurso en la televisión española: un millón de euros
María Prats ya lo barruntaba. La palmesana de 61 años que ha conseguido el premio más alto entregado en televisión -un millón de euros (166,386 millones de pesetas)- sospechaba que algo iba a ganar este año. 'Yo soy de mirar el horóscopo', explicó ayer, 'y este año me decía que de enero a marzo, o por ahí, sacaría un dinerito para tapar algunos agujeritos. Y, luego, decía que de octubre a diciembre sacaría otra vez y ésta me podría comprar un coche. Se ve que me ha venido todo de golpe y no ha esperado a final de año'.
Tiene el aire de quien todavía no se acaba de creer que es millonario. Pero quizá son los nervios contenidos tras los últimos tres días: ha pasado de ser un ama de casa, con un marido jubilado y dedicada a sus nietos, a convertirse en la primera participante que logra el gran premio de El juego del euromillón, un concurso que presenta Paula Vázquez en Tele 5 y que ve una media de 2.130.000 espectadores.
Y sólo con una llamada de teléfono. La que, desde el propio programa, el jueves le comunicaba que era la seleccionada para participar desde su casa. Luego llegó la parte más difícil, la que depende de la suerte: tenía que acertar en qué casillas de un panel se escondían los logotipos de las dos empresas patrocinadoras. Como todos los concursantes, tenía tres opciones. Ella las acertó todas. 'Nunca en la vida hubiera creído que me iba a tocar. Me hubiera conformado, mira lo que digo, con sacar un coche, simplemente un televisor, o el millón'.
María Prats cuenta que llevaba escribiendo al programa desde hace mucho tiempo. Con la idea, claro, de que le tocara, pero también porque le gusta el programa. 'Es uno de los que suelo mirar siempre'. Confiesa que son los concursos los espacios que más le atraen de la televisión. 'Yo me distraigo. No es que tenga mucho tiempo para ver la televisión... pero me encantan, los encuentro muy interesantes. Hay éstos que tienes que que ser bien culto para ganarlos. Muchas veces adivino un montón de cosas', dice Prats, satisfecha.
Pero, en cambio, no se atrevería a concursar en ellos: 'Yo dar la cara, de eso nada. Para ir a algunos concursos tienes que tener un poco de cultura y yo de primaria no pasé. Claro que he sabido sacar mis cuentas, que a veces saber llevar una casa es más importante que tener una carrera'. El mismo día en que se llevó su premio había anotado el número para llamar a otro concurso, Pares o nones. 'Lo tenía al lado del teléfono'.
No hizo falta. Desde que el jueves ganó (aunque el programa que se grabó no se verá hasta mañana) la nueva millonaria ha vivido sin descanso. A primera hora del viernes tomó junto a su marido, Francisco Oliver, un avión en primera clase hasta Madrid, donde se aloja en el hotel Palace hasta que mañana Paula Vázquez le entregue en el programa el cheque. El viernes visitaron las sedes de las dos empresas patrocinadoras del programa y ayer la capital. También les dio tiempo a hacer sus primeras compras. 'Me he comprado dos trajes y tres blusas', explicó ayer Prats. 'Ahora, que he ido de rebajas, no es que haya ido a una tienda de lujo ni de categoría'.
Todavía no ha hecho planes sobre lo que hará con el dinero. Su capricho es renovar el vestuario. 'Es lo que siempre me ha hecho ilusión, ni las alhajas, ni nada. Tener buena ropa, que hasta ahora no he podido; me he tenido que comprar siempre ropa sencillita'. Pero también le gustaría irse de viaje con su familia. 'Soy de gustos muy sencillos', apostilla.
Ha sido todo tan rápido que ni siquiera sabe cuánto tendrá que pagar a Hacienda. 'Eso sí que no tengo ni idea', dice. Pero su marido la interrumpe: 'Unos 30 o 40 millones, creo que el 33%'. La realidad es que María Prats tendrá que pagar casi la mitad. Este tipo de premios tributan como ganancia patrimonial y, cuando superan los 11 millones de pesetas, se les aplica el tipo de mayor rendimiento: el 48%. Es decir, que al final habrá ganado unos 86,5 millones de pesetas. 'Todavía me quedaría para tapar todos los agujeritos', dice ella. Nada le amarga la fiesta.
Hasta ahora, ningún banco les ha llamado, aunque el matrimonio sospecha que lo habrán hecho a su casa. Pero ninguno tendrá suerte. 'Prefiero que mi yerno, que trabaja en el Banco de Crédito Balear, lleve ese dinero a su banco, que siempre estará mejor mirado', dice ella convencida. 'De todas maneras, sólo me voy a quedar con la mitad. A mis hijos les voy a dar un pico y también a mi hermana, que lo necesita muchísimo. Luego ya veremos'.
¿Y cómo será ahora su vida? 'Voy a seguir con mis cosas: yo voy al gimnasio, hago punto mallorquín, bailo boleros,... Llevo una vida bastante agitada y alegre. No voy a cambiar de amistades. Ni de nada'.
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