Dos médicos ponen en marcha un protocolo para la atención urgente a las mujeres maltratadas
El documento establece la coordinación entre sanitarios, jueces, policías y servicios sociales
Romero y Fornelino hace trece años que trabajan en el Servicio de Urgencias del hosptial de Traumatología del Virgen del Rocío y, lo que en aquellos inicios era un suceso esporádico, -'a veces llegaba una mujer que denunciaba que las lesiones que presentaba se las había producido el marido' comentan-, hoy es frecuente. 'Raro es el día que no tenemos varios casos de maltrato doméstico', añade Fornelino.
No es que la violencia contra las mujeres se haya desatado de golpe. Simplemente es que ahora está aflorando. Se calcula que en Europa una de cada 25 mujeres es maltratada. Si se extrapola esta cifra a Andalucía significa que 140.000 andaluzas podrían estar padeciendo en estos momentos algún tipo de maltrato. Dramático es el hecho, también, de que, antes de atreverse a denunciar al agresor, la mujer suele pasar por este calvario entre siete y diez años. El vaso lo colma las muertes violentas po esta causa. El año pasado, 58 mujeres españolas, 10 de ellas andaluzas, fueron asesinadas por hombres que decían ser su marido o el compañero sental.
'Hoy, afortunadamente, la mayoría de las mujeres que llegan a urgencias con lesiones provocadas por el marido no tienen reparo en denunciarlo, y a nosotros ya no nos queda más remedio que actuar', concluye Rosario Romero.
Castigar al agresor
El protocolo ideado por estos dos médicos permite actuar rápido y con todas las garantías, médicas y jurídicas, para que la agredida no se quede sin protección y el agresor reciba el castigo que le corresponda. Asimismo posibilita una asistencia integral; no sólo física sino también psíquica, como si se tratara de cualquier enfermedad.
En él, Romero y Fornelino, tras definir la violencia doméstica y todas las áreas que abarca -'también entra en esta categoría la violencia que se ejerce contra los niños y ancianos', precisa Romero-, proponen una metodología para identificar las lesiones a la vez que precisan cuáles son las funciones del personal sanitario. El siguiente paso es la actuación policial y su coordinación con el juez. 'Médicos, policías, jueces y servicios asistenciales deben estar en todo momento coordinados para que la mujer agredida no se sienta nunca desprotegida; ésta es, y no otra, la clave de nuestro trabajo', resume Fornelino.
También el protocolo se ocupa de aquellos aspectos que han de regular qué debe incluirse en la documentación de cada caso; es decir, los documentos referidos a la historia clínica de la agredida, al informe de alta, y al parte judicial.
Los médicos son conscientes de que este trabajo que han emprendido, aunque urgente, requiere consenso. 'Hasta ahora nunca se había hecho nada parecido desde el ámbito hospitalario', precisan. Existen ya un I y II Plan de Igualdad de Oportunidades de la Junta, y un Procedimiento de coordinación para la atención a las víctimas de malos tratos, elaborado en 1998, en el que ya se habla de la actuación en distintos ámbitos... 'Pero, hasta ahora, policías, jueces, médicos y trabajadores sociales íbamos por separado', recuerdan los médicos.
Romero y Fornelino han indagado en la literatura europea y americana que existe al respecto; han estudiado documentos y experiencias y, con todo ello, han preparado el protocolo. Son 16 páginas de esquemas con los que han sintetizado el proyecto.
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