La reforma del Casc Antic entra en la recta final con la apertura de Francesc Cambó
Las máquinas han derribado ya los edificios correspondientes a dos números de la calle de Álvarez de Castro, lo cual posibilitará que la avenida de Francesc Cambó se adentre en el Casc Antic. Los restantes edificios que componen esa fachada -en ese tramo la calle se denomina Giralt el Pellisser- hasta la esquina con Gombau están tapiados y algunos, apuntalados. No serán derribados, sino que serán rehabilitados de forma integral, y una parte de ellos conservará la fachada. Será precisamente la última fase de viviendas para realojar a afectados por la reforma de ese sector del Casc Antic.
Ritmo de trabajo
Las viviendas -88 en tres promociones distintas- serán construidas por el Patronato Municipal de la Vivienda, que tiene previsto combinar la obra nueva con la rehabilitación integral de las fincas afectadas. El inicio de los trabajos está previsto para el próximo mes de marzo y, en principio, las viviendas deberían estar acabadas en un plazo de un año y medio.
No obstante, fuentes del patronato subrayaron que el ritmo del trabajo de las nuevas promociones lo marcarán, en parte, las excavaciones en el mercado de Santa Caterina. El hallazgo de los restos del antiguo convento obligó a paralizar el proyecto de la reforma del mercado, obra del arquitecto Enric Miralles, fallecido hace unos meses.
El estudio de Miralles -dirigido ahora por su viuda, Benedetta Tagliabue- está terminando de perfilar el proyecto definitivo ya que una parte de los restos arqueológicos se conservará en un espacio que será abierto al público. Todo ello ha obligado a reajustar varias piezas que se encuentran junto al mercado, como la zona de aparcamientos y las viviendas asistidas para la tercera edad. Precisamente, las demoras que sufre el proyecto del mercado es uno de los elementos que más ha indignado a los vecinos del entorno, que han visto como bastantes comercios han cerrado sus puertas.
Ahora, la visión que se percibe desde el espacio ya abierto en la calle de Álvarez de Castro, que será transitable en las próximas semanas, combina los restos de edificios que también están en fase de derribo con otros de nueva planta. El contraste de ambos paisajes arquitectónicos lo completa un espacio -en Pou de la Figuera- en el que un grupo de descontentos con el modo de actuar de Procivesa -la empresa municipal que ha ejecutado la reforma- ha cubierto varias fachadas con pancartas de protesta. 'Son una minoría que piden un piso en propiedad', explican miembros de la Coordinadora de Vecinos del Casc Antic.
En ese sector predomina la propiedad horizontal en el 70% de los inmuebles, mientras que el 30% restante es de propiedad vertical. Hasta ahora, quienes residían en pisos de alquiler han sido realojados en el mismo régimen y los que eran propietarios siguen siéndolo de los pisos nuevos.
La apertura de la avenida de Francesc Cambó ha comportado el derribo de 525 viviendas y el realojamiento de 353 familias en promociones de pisos construidos mayoritariamente por la Generalitat.
Los próximos en recibir las llaves de pisos nuevos son 76 familias que hasta ahora vivían en las calles de Metges y Jaume Giralt, una zona muy conflictiva en cuanto a seguridad. Pese a que no hay protestas vecinales -al menos del mismo calado que las que se llevaron a cabo en el pasado mes de septiembre-, continúan produciéndose tirones y hurtos a diario, según explican los vecinos. Lo cierto es que la llegada de patrullas de policía y carreras entre agentes y delincuentes por las calles de Carders y Metges se repiten con frecuencia y es raro no presenciar alguna si se permanece cierto tiempo paseando por ese lugar.
Otro problema es la ocupación de inmuebles de viviendas ya tapiadas. 'Desde hace tiempo se fueron tapiando las viviendas que quedaban libres, pero no se podía derruir el edificio hasta que quedara vacío por completo y eso dependía de la construcción de las viviendas nuevas', explica Martí Abella, uno de los técnicos municipales responsables de toda la reforma del Casc Antic. La parte que ahora queda por derribar es lo que resta de la calle de Metges hasta la de Sant Pere més Baix y parte de la de Jaume Giralt. Ese espacio conformará una zona ajardinada, como continuación del paseo de Allada Vermell.
Pisos para jóvenes
La existencia de viviendas asequibles para jóvenes, junto con un centro para la tercera edad y pisos asistidos, ha sido una reivindicación de los vecinos del Casc Antic, que ven como su población envejece progresivamente y que los jóvenes marchan del barrio. Ahora, esa parte de Ciutat Vella ha sido escogida para construir apartamentos de alquileres económicos para jóvenes. Se levantarán en la calle de Carders, en dos fincas que serán rehabilitadas de forma integral. Serán unos 5.000 metros cuadrados de techo que corresponderán a 50 apartamentos. 'Se convocó un concurso de ideas entre arquitectos para aportar soluciones al perímetro delimitado por las calles de Pou de la Figuera, Carders, Jaume Giralt y Montanyans', explica el gerente del distrito de Ciutat Vella, Josep Maria Lucchetti. Se trata de uno de los espacios que ha sido modificado en varias ocasiones durante la ejecución de la reforma del Casc Antic. La última modificación fue introducida recientemente a raíz de la necesidad de proteger un edificio catalogado en la calle de Montanyans, unido a la de Carders por un arco. Por ello se preservarán las dos fincas colindantes de Carders, los números 39 y 41. No se ha determinado si los edificios de los números 35 y 37 permanecerán en pie o no. 'Lo que sí se ha decidido es ensanchar el paso desde Carders por el lado de Jaume Giralt para dar cierta continuidad al espacio ajardinado de Allada Vermell', añade el gerente del distrito. Eso comportará el derribo de la finca que se halla en la esquina que forman los números 33 de la calle de Carders y 2 de la de Jaume Giralt. Mientras, todos esos edificios han sido tapiados en más de una ocasión ya que muchos han sido ocupados.
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