Patronal y sindicatos se acusan mutuamente de forzar el desacuerdo sobre la reforma laboral
Con un duro cruce de acusaciones, los interlocutores sociales analizaron ayer las dificultades del diálogo social. CEOE habló de que existe una división entre los sindicatos y sugirió que UGT es poco favorable al acuerdo. CC OO le respondió asegurando que donde hay una profunda división es en el seno de la patronal.
Esos ataques se produjeron después de que el comité ejecutivo de CEOE ratificase 'íntegramente' el documento enviado la pasada semana a los sindicatos. El secretario general de CEOE, Juan Jiménez Aguilar, aseguró que se trata de una propuesta para el consenso, y acusó a los sindicatos de haber 'apostado por el no acuerdo y alguien dentro de los sindicatos aún más'. El dirigente empresarial no quiso precisar que esa acusación, repetida varias veces, va dirigida contra UGT.
Jiménez Aguilar añadió que, pese a las discrepancias, hay todavía una puerta abierta siempre que sean las centrales las que muevan ficha: 'Aún en la fecha que estamos [víspera de la fecha límite], si los sindicatos tienen una nueva propuesta que hacernos estaríamos dispuestos a estudiarla, pero sobre la base de la reforma que necesita el mercado'.
Reunión de expertos
Esta decisión de la dirección de la patronal se produce después de haber mantenido un encuentro con un centenar de directores de recursos humanos de empresas. En él, se coincidió en que la reforma debe basarse en una ampliación de los colectivos que cuentan con una indemnización por despido de 33 días por año y una mayor flexibilidad del contrato a tiempo parcial fijo. Para ellos no es prioritario limitar y encarecer los contratos temporales, como piden los sindicatos.
Al secretario general de CEOE le respondían horas después los responsables de acción sindical de Comisiones y UGT, Fernando Puig y Antonio Ferrer. Los dos manifestaban que el desacuerdo se ha producido porque 'la patronal no quiere introducir ni una sola propuesta para controlar el contrato temporal'. Los sindicalistas aseguraban que el cambio en la situación sólo se producirá si CEOE vuelve al punto fijado el 24 de enero pasado. Entonces, su presidente, José María Cuevas, y los líderes de UGT y CC OO, Cándido Méndez y José María Fidalgo, acordaron que los ejes de la reforma debían estar en cómo reducir la temporalidad, cómo prorrogar el contrato estable de 1997 y en cambiar en parte la regulación del contrato a tiempo parcial.
Esos criterios, según los sindicalistas, fueron modificados en encuentros posteriores por el secretario general de CEOE, a quien identifican con la defensa de posturas contrarias al acuerdo en el seno de la patronal. Junto a ello, pidieron a la confederación empresarial 'que deje de mirar a Moncloa [sede de la presidencia del Gobierno] y a la Castellana [sede del Ministerio de Economía]' e instaron al titular de Economía, Rodrigo Rato, a que, 'en vez de alentar el desacuerdo, aporte soluciones y no se escude en la mayoría absoluta para reformas impuestas que luego no funcionan'. Al igual que CEOE, los sindicatos no hablaron de ruptura definitiva y manifestaron que están en tiempos de negociación, 'pero el problema no es de plazos ni de prórrogas, sino de variar contenidos'.
Mientras la CEOE informaba sobre los resultados de su comité ejecutivo, Rato aseguraba que el Gobierno está en disposición de proponer una 'modernización del mercado laboral' que, en estos momentos, considera 'imprescindible'. No obstante, Rato manifestó su esperanza de que los agentes sociales logren un acuerdo antes de la fecha tope de hoy, aunque reconoció 'no estar muy seguro' de ello.
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