Daimler recorta 9.500 empleos en Mitsubishi tras los 26.000 ya anunciados en Chrysler
Las cifras reveladas ayer ponen de manifiesto el estado crítico del gigante automovilístico: los beneficios del grupo cayeron el año pasado un 44%, los de la filial Chrysler, un espectacular 90% y las expectativas para ambas cifras es que empeoren este año, según las previsiones expuestas ayer en Sindelfingen (Stuttgart) por el presidente de la junta directiva, Jürgen Schrempp, de 56 años. El grupo ganó en 2000 582.351 millones de pesetas, un 44% menos que el año anterior.
Para el actual ejercicio, DaimlerChrysler espera unas pérdidas de entre 1.200 millones y 1.700 millones de euros, por los gastos de reestructuración del consorcio. El plan dado a conocer ayer, largamente esperado, no satisfizo del todo a los analistas. Dos de las más importantes agencias de calificación, Moody's y Standard & Poor's, rebajaron su valoración de DaimlerChrysler. Las perspectivas negativas de ambas agencias supondrán un encarecimiento del crédito que necesita la compañía en los próximos meses.
DaimlerChrysler, el consorcio surgido a raíz de la fusión de ambas empresas en 1998, adquirió en 1999 una participación del 34% en Mitsubishi Motors. Para este año, DaimlerChrysler prevé un volumen de negocios de 140.000 millones de euros, tras haber alcanzado un volumen de 162.400 millones de euros en el ejercicio anterior. La estrategia de salvamento depende no solo de los planes del consorcio, sino también de incógnitas como el desarrollo de la coyuntura norteamericana y la evolución de los precios en aquel mercado automovilístico.
Schrempp, que llegó a su cargo actual hace seis años, reconoció que la mala situación del socio norteamericano se debe no solo a problemas externos, sino también a dificultades internas de la empresa. 'No hay nada que disimular', manifestó. 'No tengo inconveniente en reconocer que algunas cosas no han funcionado como nos habíamos imaginado y algunas cosas se han demorado', dijo el curtido directivo, que se juega ahora su futuro profesional en uno de los planes de salvamento más complicados de la industria actual. Una parte de los pequeños accionistas de DaimlerChrysler ha pedido la dimisión de Schrempp.
Los analistas esperan ahora que los alemanes intervengan de forma más decidida en Chrysler, donde Dieter Zetsche y Wolfgang Bernhard tomaron posiciones como presidente y ejecutivo jefe (chief operating oficer) en noviembre tras la crisis y las dimisiones que se produjeron al darse a conocer los números rojos del tercer trimestre de 2000. En el cuarto trimestre de aquel año, los resultados de Chrysler se contrajeron un 213%.
La reducción de los 35.500 puestos de trabajo se hará de forma bastante abrupta. Chrysler, que tiene una plantilla de 125.000 personas, eliminará 26.000 puestos y Mitsubishi, que tiene una plantilla de 65.000, prescindirá de 9.500. De la cuota de Chrysler, 19.000 empleos se eliminarán este mismo año. En los próximos tres años, Chrysler cerrará seis plantas de producción, principalmente en América Latina y renovará dos tercios de sus productos. Mitsubishi, a su vez, reducirá el número de modelos y de plataformas de vehículos que produce y cerrará una planta en Japón.
Schrempp anunció ayer una mayor colaboración entre los socios, que pasarán a producir conjuntamente elementos, como las plataformas de los vehículos, que antes fabricaban cada uno por separado. Así, entre otras cosas, a partir de 2004 se quieren instalar cajas de cambios automáticos de Mercedes Benz en los coches de Chrysler.
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