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CULTURA | 300 MILLONES CUESTA EL DISPOSITIVO DE ENTREGA Y RECOGIDA

12 robots trasladan los libros en la Biblioteca Valenciana con un coste de 300 millones

Ferran Bono

El magnífico claustro renacentista del siglo XVI ya se ha acostumbrado a sus nuevos habitantes del siglo XXI tras los 1.200 kilómetros recorridos por los robots desde el pasado mes de octubre en su fase de pruebas. 'Es un sistema pionero en España, muy moderno, que integra seguridad, comodidad y eficacia', afirmó ayer el consejero de Cultura, Manuel Tarancón. 'Sólo en la ciudad alemana de Friburgo funciona un sistema similar en una biblioteca', apuntó el director general del Libro y Coordinación Bibliotecaria, José Luis Villacañas.

Los técnicos explicaron que el usuario emite su petición desde los terminiales de las salas de lectura; el personal de depósitos -en el extremo opuesto del monasterio- introduce los libros, códices o mapas en el armario del robot, y éste se desplaza hasta la sala. Las rutas cubren toda la Biblioteca. El sistema permite destinar al personal a otras tareas de mayor valor añadido, aseguraron. Las unidades robotizadas han sido desarrolladas por la empresa Siemens, mientras que el sistema informatizado de gestión de recursos ha corrido a cargo de Fujitsu. También ha colaborado otra empresa especializada en sistemas integrados. El funcionamiento de los robots se ha elaborado bajo el principio de 'la máquina que sigue al hombre' y procurando que fuera lo 'más sencillo posible', señaló José Manuel Paredes, de Fujitsu. Dionisio Reina, de Siemens, agregó que la empresa sólo había puesto en funcionamiento este sistema en hospitales.

De esta manera, la Biblioteca ya ha puesto en marcha prácticamente todas sus instalaciones, aunque la asignatura pendiente de su incómodo y difícil acceso no se ha resuelto. Alrededor de 40 investigadores y 30 usuarios de diferentes servicios, sin contar con los asistentes a los actos y exposiciones, utilizan diriamente la Biblioteca, manifestó ayer Villacañas, quien anunció la próxima entrada en funcionamiento del préstamo, siempre para investigadores, de las colecciones de libros universitarios de España y de todos los lilbros españoles de ciencias sociales y humanidades.

El consejero de Cultura, Manuel Tarancón, ayer, observando el funcionamiento de los robots de la Biblioteca Valenciana.
El consejero de Cultura, Manuel Tarancón, ayer, observando el funcionamiento de los robots de la Biblioteca Valenciana.CARLES FRANCESC

A la espera de la ley

El proyecto de la Ley del Libro se encuentra en estos momentos en fase de estudio en el Consell Jurídic Consultiu de la Generalitat, más de un año y medio después de que se anunciara su redacción. El sector del libro acogió con esperanza esta iniciativa con el fin de que se recogieran algunas de sus reivindicaciones y de que sirviera para dotar de mayor protagonismo al libro por parte de la Consejería de Cultura. El anuncio de la ley, además, vino a corroborar el cambio de actitud de la Administración con respecto a los editores, que se había manifestado con el nombramiento de José Luis Villacañas como director del Libro y la creación de la propia dirección. Pero desde el asociación de editores valencianos se recordó ayer que de las numerosas sugerencias entregadas en noviembre del 1999, apenas algunas se han recogido en el texto legal que ahora se debate. También se critica la escasa concreción del proyecto de ley.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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