El Gobierno estudia aún como tramitar el suplicatorio de Berlusconi, pedido hace seis meses
El Ministerio de Justicia ha encargado al Servicio Jurídico del Estado que determine cuál es el mecanismo para elevar el suplicatorio contra el eurodiputado Silvio Berlusconi, instado por el juez Baltasar Garzón para aclarar supuestos delitos contra la Hacienda Pública y de falsedad documental en relación con su gestión de la cadena de televisión privada Tele 5. El suplicatorio lleva paralizado seis meses.
El ministro portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, declaró ayer que el retraso en la tramitación del suplicatorio (más de ocho meses) se debe a la 'necesidad' que tiene el Gobierno 'de llegar a un convencimiento del mecanismo a seguir'. A esta causa, Cabanillas añadió otra: 'La no reiteración de la petición por parte del Parlamento Europeo', que pidió explicaciones al Gobierno español en agosto pasado. En el caso de Berlusconi, el Tribunal Supremo tramitó el suplicatorio directamente ante la Oficina del Parlamento Europeo en Madrid.
Los precedentes anteriores conocidos por este periódico se refieren a dos suplicatorios cursados contra el europarlamentario José María Ruiz Mateos. El primero de ellos, solicitado por la Sala de lo Penal del Supremo por supuestos delitos de contenido económico relacionados con su actividad al frente de Rumasa, está fechado el 22 de febrero de 1990 y fue entregado al presidente del Parlamento Europeo por Carlos Westendorp, entonces embajador de España ante la CE, al día siguiente, 23 de febrero, coincidiendo con el séptimo aniversario de la expropiación de Rumasa. La inmunidad de Ruiz Mateos fue levantada un año después, el 18 de febrero de 1991.
Pero según fuentes judiciales, en marzo de 1992 el entonces presidente del Tribunal Supremo, Pascual Sala, cursó un segundo suplicatorio para poder juzgar a Ruiz Mateos por la evasión que protagonizó de la Audiencia Nacional disfrazado con una peluca. Ese suplicatorio, como ahora el de Berlusconi, se depositó en la oficina del Parlamento Europeo en Madrid, que entonces no estaba en su actual emplazamiento de Castellana 46, sino en la calle Fernanflor.
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