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Una encuesta de la OMS revela el aumento del consumo de alcohol entre los adolescentes europeos

El abuso del alcohol y de las drogas ilegales por parte de los jóvenes europeos de edades comprendidas entre los 15 y los 16 años ha crecido de forma excesivamente rápida en los últimos cinco años, según un estudio presentado ayer en Estocolmo por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La encuesta, practicada en 1999 entre 95.000 jóvenes de 30 países europeos y en la que España y Alemania no han participado, revela que más de un menor de cada dos ha conocido lo que es una borrachera, que los estados de embriaguez repetidos se dan más en los países del Norte y en las islas británicas, que dos de cada tres jóvenes han fumado al menos un cigarrillo en su vida y que el 16% de los encuestados ha experimentado con el hachís.

Según el informe, que fue presentado en una reunión sobre alcohol y drogas entre los jóvenes europeos convocada por la OMS y la Unión Europea (UE) y celebrada del 19 al 21 de febrero, la mayoría de los jóvenes europeos de 16 años han bebido alcohol alguna vez en su vida: el 83% a lo largo del año y los dos tercios durante el último mes anterior a la recogida de datos para la encuesta. En la mayoría de los países, añade el estudio, los hombres ganan a las mujeres en el consumo de alcohol.

Cerca del 30% de los daneses de edades comprendidas entre los 15 y los 16 años y el 24% de los irlandeses y británicos reconocen haber bebido más de la cuenta por lo menos tres veces en el mes anterior a ser encuestados, si bien los jóvenes que se emborrachan en los países del Norte no cogen el volante, lo que reduce las posibilidades de accidentes en carretera. Los resultados señalan que el consumo tanto del alcohol y del tabaco como de las drogas ilegales ha crecido en estos países y, especialmente, en los de Europa del Este y central.

El ministro de la Salud francés, Bernard Kouchner, señaló que 'la felicidad' es la clave para cortar con el abuso del alcohol entre los jóvenes y que los políticos se enfrentan a una dura lucha contra la industria multinacional de las bebidas alcohólicas que 'agrede a los jóvenes bebedores'. 'La vida nos hace correr riesgos', añadió Kouchner, 'pero riesgos aceptados, escogidos, y no impuestos por los grupos económicos y la publicidad'.

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