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Blair endurece la legislación antiterrorista al ampliarla a la violencia de origen religioso e ideológico

La nueva ley amplía la definición de terrorismo para abarcar acciones violentas 'contra personas y propiedades' motivadas no sólo por fines políticos, sino también por fines religiosos e ideológicos. La extensión del concepto es 'draconiana', según organizaciones como Liberty, que promueven la libertad de los derechos civiles, en tanto que puede englobar a un abanico de grupos de presión con base en el Reino Unido. Desde Greenpeace, pasando por los defensores del bienestar de los animales, los activistas contra la construcción de carreteras, los que se oponen a los cultivos genéticos e, incluso, los saboteadores informáticos entran ahora teóricamente en la nueva definición de terrorista.

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'Ampliamos el ámbito de la definición para incluir cualquier tipo de terrorismo, pero, al mismo tiempo, reforzamos las libertades civiles. La medida no limitará el derecho a la protesta pacífica. Es importante tener poderes similares a los de otros países', señaló el ministro del Interior, Jack Straw. Los llamados ciberterroristas, continuó el ministro, pueden causar el caos y cuantiosos daños materiales atentando contra los sistemas informáticos de las compañías de agua, electricidad, gas o teléfono. El boicoteo de la red de ordenadores del Gobierno, advirtió, puede afectar también a la seguridad del país.

Incitar al terrorismo

Igualmente controvertida es la introducción, sin precedentes en el código penal inglés, del delito definido como 'incitar al terrorismo en el extranjero'. Así, desde ayer, quedan prohibidas la recaudación de fondos destinados a grupos internacionales que el Gobierno británico considere terroristas y las reuniones en el Reino Unido de sus posibles simpatizantes. Pero, además, los sospechosos de planificar actos violentos contra 'personas o propiedades' extranjeras podrán ser, por primera vez, juzgados en los tribunales al amparo de la ley antiterrorista.

Los disidentes musulmanes que se movilizan contra regímenes opresivos se sienten ahora particularmente amenazados por la reforma legislativa que, en cierta forma, viene dictada por la presión internacional. 'La fiscalía y la policía deberán decidir si una persona es un terrorista o, por el contrario, es un activista que lucha por la democracia y los derechos humanos de su país de origen. Deberán tomar decisiones sobre complicadas disputas políticas del extranjero', protestó ayer un portavoz de Liberty.

Un ejemplo claro del dilema que introduce el Gobierno se remonta a la era Thatcher, cuando la entonces primera ministra identificó a Nelson Mandela como terrorista. 'De haber sido un exiliado que apoyaba a Mandela, quien defendió en público la lucha armada en Suráfrica, me hubieran considerado terrorista en este país', continuó el representante de Liberty.

Con la reforma, el Gobierno de Tony Blair responde a las demandas de países como India, Francia o Egipto, que responsabilizan a Londres de dar refugio a disidentes de Cachemira y Sri Lanka, así como a líderes del Grupo Islámico Armado y de otras organizaciones fundamentalistas musulmanas. 'El Reino Unido no debe utilizarse como base para la planificación y preparación de actos de terrorismo', justificó ayer Straw.

Grupos armados irlandeses

Como complemento de las reforzadas medidas, el Ministerio de Exteriores tiene previsto publicar una lista de organizaciones internacionales que se sumarán a los ya prohibidos 14 grupos armados irlandeses, tanto republicanos como protestantes lealistas. Aunque ayer prometió estudiar detenidamente su contenido, se estima que grupos vetados por Estados Unidos serán declarados non gratos por el Gobierno británico.

Entre aquellos con conexiones en Europa se encuentran desde el grupo terrorista vasco ETA al peruano Sendero Luminoso, desde el Partido Popular de Kurdistán a los Grupos Armados Islámicos y Hezbolá. Las bandas identificadas en el listado de Exteriores, que se revisará periódicamente, podrán apelar ante un tribunal independiente de nueva creación.

[Según informaba el pasado domingo el diario The Observer, los servicios de seguridad británicos ordenaron asaltos ilegales en mezquitas para incautarse de información referente a militantes islámicos, según informó al diario un agente clave del MI5].

El ministro de Interior, Jack Straw, llega a Downing Street, en enro de 2000.
El ministro de Interior, Jack Straw, llega a Downing Street, en enro de 2000.

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