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INSTALACIONES

Cierra Planeta Welby, un parque de ocio de Majadahonda

La empresa que gestionaba el recinto desde hace más de cinco años, en suspensión de pagos

Esther Sánchez

Cinco años y medio después de abrir sus puertas, el miniparque de atracciones Planeta Welby dice adiós en Majadahonda. La empresa que gestionaba el centro de ocio se encuentra en suspensión de pagos y, a 6 de febrero, debía al Ayuntamiento 36 millones. Además, las quejas de los vecinos y de la oposición socialista por el estado de abandono del parque donde se ubican las instalaciones han sido constantes.

Ante la situación, el alcalde, Ricardo Romero de Tejada, del Partido Popular, que en el momento de la inauguración de Planeta Welby calificó el proyecto de 'éxito para Majadahonda', ha decidido resolver la concesión por la que la empresa Tempest se encargaba de cuidar y explotar el parque por 25 años. De momento, el Ayuntamiento se limitará a retomar la conservación del parque.

Desde su inauguración, en junio de 1995, Planeta Welby ha supuesto un motivo de enfrentamiento entre algunos residentes y la oposición socialista con el equipo de gobierno. Los vecinos se quejaron de las molestias que supuestamente producían este tipo de instalaciones. Sin embargo, Romero de Tejada siguió adelante y apostó por poner en manos de una empresa privada la gestión de un modelo de entretenimiento familiar que conjugaba las atracciones con el disfrute del Cerro del Aire, una zona verde de 54.000 metros cuadrados. Como contraprestación, Tempest debía mantener todo el entorno en perfecto estado e ingresar en el Ayuntamiento un canon de 3,55 millones de pesetas anuales.

La empresa importó el modelo de explotación de Estados Unidos. La diferencia con respecto a los grandes parques de atracciones radicaba en su menor tamaño y en que sólo pretendía captar a las familias que residían en los alrededores. Según sus previsiones, con 150.000 visitantes anuales, la empresa generaría beneficios. El primer año, las arcas municipales ingresaron los 3,55 millones de pesetas estipulados en el contrato, pero fue el último. El 21 de julio de 1997, la empresa solicitó expediente de suspensión de pagos.

En septiembre de 1999, el parque se renovó. A la oferta de juegos se añadieron actividades formativas, como una granja, talleres de naturaleza, de biología, de informática y de ciencia. El cambio no conllevó los beneficios esperados y el deterioro empezó a ser palpable: atracciones abandonadas, basura acumulada y baños destrozados.

La situación era conocida y los socialistas denunciaron en el pleno de junio del año pasado que se estaba permitiendo a la sociedad tener el parque Cerro del Aire convertido en un erial. Antonio Morales, portavoz del PSOE, asegura: 'La decisión del alcalde no hace más que darnos la razón, pero es lamentable que la situación se haya prolongado hasta ahora'.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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