Los expertos calculan que la población de linces se ha reducido un 40% en los últimos diez años

La población de linces, el felino más amenazado del mundo, se ha reducido un 40% en los últimos diez años, según los expertos que han participado en Jaén en unas jornadas sobre este animal organizadas por Ecologistas en Acción y en las que participa la Consejería de Medio Ambiente. Aunque es imposible, en estos momentos, establecer un censo real de linces, la Junta calcula que existen entre 300 y 400 en el conjunto de la comunidad autónoma, lo que representa el 90% de la población mundial de la especie. 'La situación del lince es tan complicada que es probable que nos encontremos ante la última oportunidad para sacarlo adelante', señaló la consejera Fuensanta Coves.

El coordinador del plan de conservación del lince del Ministerio de Agricultura, Nicolás Guzmán, calificó la situación de este felino de 'dramática'.

Doñana y la sierra de Andújar son las dos únicas zonas en las que perviven reductos viables de población de linces. En Huelva se ha desarrollado la primera fase de un proyecto que analiza el ADN de los individuos a través de los excrementos, mientras que en Jaén los esfuerzos se centran en localizar linces a través de cámaras fotográficas.

Desde el pasado mes de noviembre y hasta la semana pasada se han instalado en Andújar y Córdoba un total de 96 cámaras fotográficas que ya han identificado a 23 individuos, según puso ayer de manifiesto el conservador de este parque natural, Miguel Ángel Simón.

El proyecto pasa por mantener las cámaras indefinidamente para controlar a la población. Ahora, en esta primera fase, sólo se pretende saber en qué zonas habita para, el próximo año, proceder a realizar un censo más exacto.

Reproducción

La Comisión Nacional de Conservación de la Naturaleza aprobó el pasado día 8 un plan de reproducción de cautividad del lince, lo que indica hasta qué punto las administraciones consideran que la especie está en peligro.

Coves cree que este plan, aprobado por unanimidad, supone 'el reconocimiento explícito de un fracaso', aunque también 'la constatación fehaciente de la voluntad clara y resolutiva de todos por lograr una solución'.

Una de las medidas de conservación del lince que ya se están adoptando es la de cooperación con los propietarios de fincas privadas para que favorezcan las condiciones que hagan posible el crecimiento del lince.

En Sierra Morena hay 25.000 hectáreas bajo control, lo que supone que se evite en estas fincas el uso de lazos o cepos en los que caen los linces y que regulen las cacerías. En el parque de Despeñaperros hay controladas otras 10.000 hectáreas.

La reducción del número de conejos es uno de los problemas que más afecta al lince, según Francisco Jesús Martín, de Ecologistas en Acción. Pero además, padecen 'una acuciante persecución directa' a través de cepos, venenos y expolio de camadas. Si a esto se une a la pérdida y fragmentación de su hábitat llega a la conclusión de que se está 'acelerando' el proceso de extinción.

La Consejería de Medio Ambiente reconoce que la intensificación de la caza mayor, el vallado y el desarrollo de infraestructuras de transporte como carreteras, líneas férreas o canales que favorecen el acceso humano a las áreas naturales tiene una incidencia directa en la progresiva reducción de linces en Andalucía.

Los ecologistas añaden a esta lista la construcción de la presa de Breña II.