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Reportaje:

Oteiza habita 11 días más el Kursaal

La sala de exposiciones de la Kutxa prolonga la muestra del escultor guipuzcoano ante la demanda

Oteiza tiene cada día un territorio artístico menos íntimo y privado. Su universo experimental -tizas, pizarras y bocetos emborronados que guiaron la creación de algunas de sus grandes esculturas- quedó al descubierto hace dos meses en la sala Kubo de la Kutxa en el Kursaal donostiarra y ahora no sólo se conoce, sino que también se comenta. Al menos, entre las 33.500 personas que habían visitado hasta ayer la exposición Oteiza 2000. La muestra, cuya finalización estaba prevista para el próximo 28 de febrero, ha generado una demanda superior a la prevista, por lo que los responsables de la sala han decidido prolongarla hasta el 11 de marzo.

Basta pronunciar el nombre del escultor oriotarra, una de las grandes personalidades del arte vasco, para que surjan cientos de interesados en conocer su obra. Y más si se trata de repasar su trayectoria en la primera muestra individual del escultor, de 92 años, en San Sebastián. Pero no se esperaba una respuesta como ésta.

'La exposición ha funcionado muy bien. Superar los 30.000 visitantes en una ciudad del tamaño de San Sebastián [178.000 vecinos] y en una época nada turística confirma un resultado más que bueno', asegura la directora de la sala, Mariví Arkaya.

En estos dos meses más de 7.000 personas han conocido en visitas guiadas las reproducciones a pequeña escala de Oteiza, los poemas, sentencias y dibujos que salpicó para la ocasión en una pizarra y su concepción del espacio a través de 88 piezas escultóricas cedidas por la Fundación Oteiza, el Museo Reina Sofía, el Museo de Bellas Artes de Bilbao o la propia Kutxa. Y un buen número de escolares se ha aproximado al arte a través de talleres para su propia experimentación. Nuevamente ha funcionado el boca a oreja. 'Todavía hay mucha gente que llama; hoy, por ejemplo, un grupo de la Asociación de Amigos del Reina Sofia que está interesado en visitar la exposición. Hemos decidido prolongarla para atender peticiones específicas aunque tengamos que forzar luego las fechas de desmontaje y montaje', señala la directora.

Porque tras Oteiza, en la primera quincena de abril, llegará a la sala la obra del donostiarra Darío Villalba, un pionero en la utilización de la fotografía como pintura, según Arkaya. La exposición reunirá un centenar de piezas que repasan la trayectoria de este artista que vive en Madrid y realiza con frecuencia trabajos en Inglaterra. 'Nosotros pretendemos difundir ahora su obra en el ámbito más local', dice Arkaya. Villalba trabaja ahora codo con codo con la comisaria, María José Aranzasti, en la preselección de sus trabajos.

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