Un ángel de la 'Guardia'

Para muchas personas un martes 13 todavía constituye un día fatídico. Sin embargo, una niña de cinco años que vive en Dolores (Vega Baja) recordará esa fecha como la más afortunada de su biografía. La pequeña salvó ayer la vida gracias a la intervención de ese ángel de la guarda, que dicen, a todos nos custodia. El destino quiso que José María B. R., agente de la Guardia Civil desde hace 15 años y padre de mellizos, se convirtiera ayer en el coprotagonista de una historia espeluznante aunque, al igual que en muchas películas hollywodienses, con un final feliz.

José María disfrutaba de su día de asueto. Vestido de paisano y ajeno a cualquier actividad relacionada con su trabajo diario, se disponía, después de realizar la compra del día en un supermercado, a recoger del colegio a sus dos pequeños, de tres años y medio, sobre las doce del mediodía.

Los gritos de angustia de un grupo de mujeres en la calle de San Isidro de Dolores alarmaron al agente. José María se acercó apresurado al lugar y observó cómo el pequeño cuerpo de una niña de cinco años pendía desde el balcón de una vivienda.

La menor permanecía asida con sus manos a la barandilla del cuarto piso del edificio, y se mantenía gracias al apoyo de sus pies sobre los maceteros del balcón.

El agente, preso del miedo pero a la vez con la frialdad que caracteriza a personas habituadas a enfrentarse a situaciones extremas, gritó a la criatura para que aguantara todo lo que pudiera. Al tiempo, por el móvil, intentaba alertar a sus compañeros del puesto de la Guardia Civil en el citado municipio. En ese intenso pero interminable intervalo, un joven subió hasta la vivienda para avisar a los padres de lo que estaba ocurriendo. Pero todo resultó en vano. La niña no logró sostenerse por más tiempo y, rendida, se dejó caer al vacío ante la mirada de pánico y de impotencia de los allí presentes. La menor se golpeó las piernas contra el balcón del tercer piso, y comenzó a descender 'describiendo giros con todo su cuerpo'.

Fue entonces cuando José María soltó el teléfono y y se concentró para intentar coger a la niña al vuelo. 'Todo fue muy rápido, tanto que no me daba cuenta de lo que ocurría', declaró el agente una vez pasado el mal trago. El guardia civil logró frenar la caída de la pequeña con su propio pecho y hombros, según describió, de tal suerte que consiguió amortiguar el golpe y evitar así una tragedia mayor.

La intervención del agente salvó probablemente la vida de la niña, aunque no pudo evitar que sufriera una fractura cranoencefálica y un politraumatismo. No obstante, su intervención fue crucial.

La menor recibió los primeros auxilios en el centro sanitario del municipio, y fue trasladada posteriormente por una unidad del Servicio de Atención Médica Urgente al hospital comarcal de La Vega Baja con pronóstico grave.

El agente, por su parte, fue atendido por sanitarios del centro médico, pero se encuentra bien. José María B. R. rechaza cualquier atributo heroico por su actuación, de la que dice, ha sido 'la peor experiencia de su vida'.