'Es un error llevar las formas de vida de la metrópoli al medio rural'

Ramon Roig, de 44 años, empresario de Miravet, es portavoz de la Plataforma en Defensa de la Ribera d'Ebre, una de las asociaciones que el pasado domingo sacaron a la calle a 25.000 personas en una de las mayores manifestaciones vistas nunca en las Terres de l'Ebre. Roig reflexiona sobre los motivos de la población para protestar contra la central térmica de Enron, el Plan Hidrológico Nacional (PHN) y el Mapa Eólico, percibidos en la zona como 'agresiones al territorio'.

Pregunta. Ustedes incluso llegaron a sentirse desbordados al reunir a 25.000 personas. ¿Qué pasa en las Terres de l'Ebre?

Respuesta. La gente se ha hartado. Son tres problemas diferentes, pero que no van desligados. La Generalitat permite la construcción de una térmica cuya contaminación es similar a la que pretende evitar por otro lado con la implantación de centrales eólicas, que además pueden instalarse en zonas naturales o en las sierras de Pàndols y Cavalls. Si añades el PHN, tienes 25.000 personas en la calle.

P. ¿Por qué ahora? Sus detractores aseguran que cuando se presentó el proyecto nadie se quejó.

R. Hubo falta de información. Se hizo una reunión, restringida sólo a alcaldes y determinadas asociaciones. Fueron los de Tivissa y Miravet los que primero trasladaron la información. Y llevó su tiempo hasta que nos documentamos sobre el plan de Enron.

P. Dicen que no contamina, que no funciona con gasóleo.

R. Es como si te dieran a elegir entre un puro que te perjudica mucho o un cigarrillo light, que lo hace menos. Está claro que cogeríamos el light, pero yo no quiero que me perjudique nada. Por eso no fumo. Además, contamina, y mucho: 580 toneladas de dióxido de carbono por hora, 444 de óxidos de nitrógeno, 30 kilos de dióxido de azufre... Y si funciona con gasóleo, las cifras se duplican. Todo esto produce lluvia ácida. Por no hablar del agua que requiere: 61,7 millones de litros al día, que equivaldría a la cantidad de agua que necesitan medio millón de personas al día.

P. Hay quien dice que ustedes son antitodo, que van contra el progreso, el crecimiento económico...

R. Habría que revisar el concepto de crecimiento y progreso. La gente de aquí ya ha hecho su apuesta de futuro y las 25.000 personas del domingo lo corroboran. Si no, no estaríamos hablando de inversiones millonarias en cooperativas en el Priorat, por ejemplo, o en el sector agrícola o en el turismo. ¿Por qué hay que cambiar un modelo que funciona? Es un error querer trasladar la forma de vida de la metrópoli al entorno rural.

P. Se dice también que las Terres de l'Ebre no pueden quedarse sólo con el sector primario, que hay que diversificar.

R. Por eso decimos no al monocultivo energético. Somos nosotros quienes tenemos los precedentes de Ascó y Vandellòs. Durante la construcción se importa mucha mano de obra. Con Enron también: 1.000 puestos de trabajo. Luego, sólo 100 de forma estable. Y esto causa problemas de estructuración social. Si estuviéramos hablando de una cadena de montaje de coches que diera trabajo estable de forma continuada y desde el primer día a 300 personas, sería diferente.

P. Pero estamos hablando de puestos de trabajo.

R. La zona no necesita la térmica. Es que no tenemos paro. Es más, existen dificultades para encontrar mano de obra, tanto en el sector turístico como en el industrial y el agrícola, donde para cosechar tienen un problema brutal.

P. ¿Por qué crean plataformas? ¿Qué pasa con los políticos?

R. Las plataformas han sido una respuesta al distanciamiento entre el político y el pueblo. En este caso, los políticos se han puesto en su sitio únicamente a remolque de las asambleas que se venían organizando.

P. ¿Qué le parece la postura de Convergència Democràtica?

R. En un principio, Convergència en Móra d'Ebre, por ejemplo, estaba a favor de Enron. Luego hubo una asamblea de alcaldes y cargos electos convergentes donde se nos tachó de terroristas. Pero han visto que la gente acudía en masa a las asambleas informativas. Tuvimos que criticar su indefinición e indiferencia ante estos proyectos que condicionan el futuro de nuestras tierras. Y saben que, de continuar así, cambiará la correlación de fuerzas en las próximas elecciones. Por eso han cambiado ahora su discurso, incluso los socialistas, que ya dijeron que estaban de acuerdo con las centrales térmicas de ciclo combinado.

P. El conseller en cap, Artur Mas, ha irrumpido en la polémica proponiendo un debate urgente sobre el modelo de crecimiento en las Terres de l'Ebre. ¿Qué espera de Mas?

R. Que el día que venga anuncie ya la retirada del proyecto. Si quiere un debate, la Generalitat tendrá que decir qué es lo que quiere respecto a estas comarcas. Si no tienen las cosas claras, que nos pregunten primero a nosotros.