La Junta rehabilita la casa de la escritora Dulce María Loynaz en La Habana
El palacete de La Habana en el que vivió durante medio siglo la poetisa cubana Dulce María Loynaz será restaurado y rehabilitado como museo y sede de la Academia Cubana de la Lengua gracias a la cooperación de la Junta y el Ministerio de Cultura de Cuba. El proyecto, que venía fraguándose desde hace un año, fue presentado oficialmente esta semana en La Habana por la consejera de Cultura, Carmen Calvo. La casa de la escritora volverá a brillar con su antiguo esplendor.
Calvo, que ha encabezado la delegación andaluza a la X Feria Internacional del Libro de La Habana, declaró que la iniciativa tiene un significado especial para Andalucía por ser Loynaz 'un referente importante del rastro que dejaron en Cuba los autores andaluces, empezando por María Zambrano y pasando por Cernuda, por Alberti, por Juan Ramón Jiménez y, por supuesto, por el propio Lorca'.
Loynaz, ganadora del Premio Cervantes en 1992, guardó en esta casa durante años los manuscritos de Yerma y la obra de teatro El Público, que Federico García Lorca regaló a sus hermanos Flor y Carlos Manuel Loynaz. Aunque ésta no era la casa familiar que visitó el poeta granadino a su vuelta de Nueva York, en 1930, el palacete del barrio del Vedado que ahora será restaurado tiene peso específico propio, pues fue allí a donde los Loynaz se mudaron en los años cincuenta y atesoraron sus recuerdos, además de servir durante años de lugar de reunión para los miembros de la Academia Cubana de la Lengua, institución que la escritora presidió hasta su muerte.
Calvo aseguró que el proyecto de restauración costará alrededor de 80 millones de pesetas, que serán financiados por la Junta. 'Los planos ya fueron presentados a las autoridades y han sido realizados por el arquitecto de la consejería Antonio Tejedor, que trabajará en colaboración con un arquitecto del Ministerio de Cultura de Cuba'. La rehabilitación del palacete de la calle 19 será absoluta, incluyendo jardines y áreas exteriores; una parte será museo y tendrá una sala dedicada a Lorca y otra a los Loynaz, verdadera saga de hermanos poetas (Carlos Manuel, Enrique, Flor y Dulce María). También se reservará un salón para la Academia Cubana de la Lengua, que trasladará aquí su sede.
Calvo explicó que por acuerdo del Ministerio de Cultura y la heredera universal de Loynaz -su sobrina política, María del Carmen Herrera, quien se trasladará de casa-, parte del mobiliario y del patrimonio artístico de la poetisa pasará a formar parte del museo. Por iniciativa de la Junta, en la casa habanera se colocará un busto de Lorca y en Granada otro de Loynaz. 'La idea es que las obras estén terminadas el 10 de diciembre del 2002, cuando se cumplen el centenario del nacimiento de Dulce y el décimo aniversario de la concesión del premio Cervantes'.
'Esta casa se quedará para conservar la memoria, y no solamente la del paso de Lorca por La Habana, sino del paso de la poesía y de algunos autores importantísimos para entender las letras andaluzas y las letras españolas', dijo Calvo. Y agregó: 'Hay un vínculo mágico entre Cuba y Andalucía. Se parecen en muchas cosas. José Lezama Lima decía que las fronteras de Andalucía llegan hasta Cuba, quizás sea por eso'.
La consejera de Cultura encabezó la delegación andaluza a la feria, dedicada a España, a la que asistieron 50 editoriales andaluzas, que trajeron más de 6.600 títulos. Pablo García Baena, Luis García Montero y Felipe Benítez Reyes fueron algunos de los autores que presentaron obras o participaron en mesas redondas.
Cultura trajo a la feria dos libros que se vendieron a un dólar, Poesia para niños intrépidos, de Luis García Montero, y La escritura del Quijote, de Juan Carlos Rodríguez. También se hizo una edición facsimilar de 2.000 ejemplares del número de la revista Verbum, de Lezama Lima, dedicado a Juan Ramón Jiménez, que se regaló a las bibliotecas cubanas, y se organizó una exposición de libros andaluces, con más de 400 títulos, que fueron entregados a la biblioteca pública que ha rehabilitado la Oficina del Historiador de la Ciudad en la Plaza de Armas de La Habana Vieja.
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