El radicalismo, repudiable
Un desordenado y todavía tibio intento por retomar el diálogo hizo abrigar ayer la posibilidad de (...) que el Ecuador en su conjunto no tome un camino sin retorno. (...) El diálogo, por concepto, implica avanzar posiciones y entender la lógica del contrario. Es absurdo y peligroso, en una perspectiva despojada de politiquería y visiones mesiánicas, que la dirigencia indígena mantenga inalterable su exigencia de que las medidas gubernamentales sean derogadas. Son actos de gobierno que conllevan la vigencia del principio de autoridad. (...) El Gobierno ha hablado de medidas compensatorias y de una política indígena sostenida, y es lo menos que se puede esperar.
(...) Si se piensa en el país como un conjunto social, estas actitudes también pueden ser leídas como una radicalización con fines personalistas, pero en los que, desafortunadamente, se pone en juego la estabilidad colectiva. No se debe olvidar que hay amplios sectores de la población, especialmente serrana, que ya se resienten del desabastecimiento y de que se coarte su derecho a circular.
(...) El diálogo no puede ni debe seguir interrumpido. Ahora más que nunca, la dirigencia indígena tiene que demostrar su intención de contribuir para la necesaria normalización del país, y el Gobierno, igualmente, está obligado a dar todos los pasos en ese sentido. En esta nueva pero recurrente crisis, se impone la serenidad, pero sobre todo una visión integradora, que implica dejar de lado tanto la política de exclusión como el mesianismo y la politiquería. (...)
Quito, 5 de febrero
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.