Al presidente del Partido Nacionalista
ETA asesinó a Manzanas, el nacionalismo y la prograsía no nacionalista dijeron mayoritariamente: 'Bien hecho. Era un torturador y se lo merecía'.
Cuando ETA asesinó a Carrero Blanco, dijeron también: 'Bien hecho. Era el futuro continuador del Dictador y se lo merecía'.
El nacionalismo dio un paso más y durante años jaleó todo lo que pudo, especialmente entre niños y jóvenes, la celebración festiva de ese atentado: '¡Voló, voló, Carrerro voló!'.
Cuando ETA siguió asesinando a otras personas, ya sin dictador en Madrid, después de una amnistía total, en plena democracia constitucional, muchísimos nacionalistas repetían tras cada asesinato: 'Algo habrá hecho. Si ETA lo ha matado, será chivato, confidente, txakurra o traficante, o capitalista explotador, o...'
Con variantes de esta miseria moral y asquerosa manipulación política llevamos conviviendo muchos años. Hace cuatro días una editora nacionalista se amparaba en un seudopurismo para no usar la palabra terrorista respecto a estos asesinos, que hace ya tantos años que vienen demostrando que matan en hipermercados, al que pasa por la calle, al cocinero de la Comandancia, al político que quiere que se dialogue con ellos... Vale, no quieren aterrorizar; son soldados en el frente de batalla...
Este fin de semana el presidente del PNV decía claramente (no guardo sus declaraciones, no sé si literalmente) que en los años sesenta la coherencia civíva y política aceptaba accionescomo la llevada a cabo contra Melitón Manzanas.
Fastuoso, diría Forges, que el Presidente de un partido que no usó la violencia frente a la dictadura, la justifique así ahora (en el siglo XXI, tras veintitantos años de democracia y de gobernar ellos en el País Vasco), con la finalidad, una vez más de dar cobertura política a los violentos y su entorno y demonizar al PP y al Gobierno 'de Madrid'.
He contenido mis sentimientos ante otras muchas barbaridades vertidas por el actual Presidente del PNV, pero ya no puedo aguantar más su irracionalidad.
Por eso le digo públicamente: ¿Hasta cuándo y hasta cuánto, Arzalluz, pretenderás abusar de nuestra paciencia, girar en 180º la política histórica del PNV y dar alas a los violentos? Dirigiéndome esta vez a tí, te digo: ¡Basta ya!-
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