Clinton se niega a explicar ante el Senado por qué indultó a Rich
El republicano Jake Specter comenzará el próximo miércoles audiencias en el comité de Asuntos Judiciales del Senado sobre el caso Rich, y el día siguiente su correligionario Dan Burton hará lo mismo en el comité de Reforma del Gobierno de la Cámara de Representantes. Las dos investigaciones parlamentarias pretenden averiguar si, como sospechan sus instigadores, Clinton indultó a Marc Rich en respuesta a presiones internacionales y al dinero para el Partido Demócrata y para él mismo recibido de Denise Rich, la ex esposa del fugitivo.
El perdón a Rich es un privilegio presidencial irrevocable, como reconoció el lunes George W. Bush después de estudiar el asunto. Bush expresó su rechazo a la medida del ex presidente Clinton, pero precisó que no quiere ni puede anularla. Esto no impide que el Congreso invite la próxima semana a Clinton a dar explicaciones. El ex presidente planea dar una respuesta negativa. 'Yo no esperaría que vaya a declarar', dijo Siewert. Como los ocho años que pasó en la Casa Blanca, la ex presidencia de Clinton nace marcada por el escándalo. El caso Lewinsky le convirtió en el único presidente procesado en el siglo XX para su destitución. Escapó a aquello con la absolución en el Senado y el apoyo mayoritario de una opinión pública agradecida por la bonanza económica. Y cerró definitivamente el caso en su último día en la Casa Blanca con un pacto con la fiscalía en el que reconoció haber prestado falso testimonio.
Petición del rey de España
Pero mientras cerraba el caso Lewinsky, Clinton, con el perdón a Rich, uno de los más célebres fugitivos de cuello blanco, 'abría otro nuevo capítulo en el libro de sus escándalos', escribe Daniel Eisenberg en la revista Time. Hasta Tom Daschle, líder demócrata en el Senado, ha expresado su desazón por la medida y se ha declarado partidario de reexaminar el poder presidencial de gracia.
En el perdón concedido por Clinton a Rich han influido, según la revista estadounidense Time, las peticiones de varios líderes internacionales, incluidos el primer ministro israelí y el rey de España Juan Carlos I.
El caso Rich y otros dos episodios -los 190.000 dólares en regalos que se llevó Clinton de la Casa Blanca y las novatadas que su equipo dejó en herencia al de Bush- están empañando la iniciada reaparición en la escena pública del brillante y controvertido político de Arkansas. Al precio de 100.000 dólares la unidad, Clinton dará la próxima semana dos conferencias en Florida, la segunda con un mensaje sobre Oriente Próximo. El jueves concedió a la televisión israelí su primera entrevista desde la salida de la Casa Blanca y ayer participó en Nueva York en un acto de recogida de fondos para las víctimas del terremoto de India. 'Sigue obsesionado con ser el centro de atención', dijo ayer Brent Bozell, presidente del Media Research Center.
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