Exámenes discriminatorios

Escribo esta carta como sufridor pasivo. Soy marido de una opositora al Cuerpo de Auxiliar Administrativo a la Comunidad de Madrid, que ni tan siquiera puede firmar con su nombre por las represalias que se puedan llevar a cabo en su lugar de trabajo. El día 19 de enero de 2001 se publicó la lista provisional de aprobados y, como era de suponer, quedan reflejadas en ella todas las discriminaciones que sufrieron los opositores el día del examen, ya que su grado de dificultad y extensión favorecía en algunos llamamientos y perjudicaba claramente a los demás.

Aquí terminan dos años de trabajo, sacrificio personal, económico y familiar, que culminan con una lista de favoritismos, donde los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad están ausentes, y donde los opositores se encontraron con un examen que no se acomodaba al programa de las bases de la convocatoria; donde los tamaños de las prestaciones y los caracteres que les exigían no figuraban en el ordenador y, aunque se supone que el reparto de exámenes se hace por sorteo, podrían ser un poco menos ineptos a la hora de preparar unos exámenes que han tardado más de dos años en confeccionar.