Medio millón de árabes de Israel optan por el voto de castigo contra Barak
Todos los árabes israelíes parecen haberse puesto de acuerdo: Barak es el principal responsable de la muerte de 13 manifestantes en la región de Galilea durante el pasado mes de octubre, cuando estalló la gran revuelta en protesta por su marginación y en apoyo de la Intifada.
El pueblo árabe ha condenado al jefe de Gobierno al voto en blanco o la abstención, privándole de esta manera del 12% de los votos, que en la situación actual le hubieran podido salvar de una derrota política o reducir distancias con respecto a su rival, el dirigente del partido nacionalista Likud, Ariel Sharon.
La decisión del electorado árabe supone un castigo sin precedentes para el laborismo israelí, al que de una u otra manera esta comunidad ha venido otorgando su apoyo, especialmente en los últimos años, desde que se firmaron los Acuerdos de Oslo y se inició un proceso de negociación con los 'hermanos palestinos'.
Esta colaboración electoral culminó en las elecciones generales de 1999, cuando el 95% de los votos árabes fueron unánimemente al bolsillo de Barak, cerrando el paso al entonces líder del Likud, Benjamín Netanyahu.
'No creo que sea un problema entre el votante árabe y el laborismo. El problema es únicamente con Barak, al que identifican con la muerte de los 13 manifestantes, con la violenta represión de la Intifada en los territorios, con el olvido de su comunidad y con la deslegitimización del sector árabe desde el punto de vista civil o político', matiza Elie Rekhess, catedrático de la Universidad de Tel Aviv y experto en temas árabes.
En cualquier caso, los votantes árabes-israelíes no tienen ninguna alternativa electoral en estos comicios, ya que la abstención o el voto en blanco supone la garantía del triunfo del actual líder del Likud, Ariel Sharon. Así lo aseguraba el pasado fin de semana el ex alcalde de Shafram, Elías Jabour, en un artículo publicado en el semanario Kol al Arab, editado en Nazaret, la capital de la comunidad árabe, que representa el 18% de la población de Israel: 'Moriremos si votamos por Sharon. Moriremos si votamos por Barak. Moriremos si decidimos no votar. Moriremos si decidimos votar en blanco. En los últimos días que nos quedan hasta la celebración de las elecciones, deberemos pues decidir de qué manera queremos morir. Árabes, que Dios nos ayude'.
En medio de este panorama desolador, tan lleno de frustración y desesperanza, como si fuera una ironía de la historia, Sharon lanzaba ayer un mensaje de solidaridad con el mundo árabe de Israel y les anunciaba una 'revolución real'.
El que fue considerado por los líderes palestinos en Líbano como 'un carnicero' prometió a los árabes igualdad con respecto a los demás ciudadanos israelíes y que no iba a 'jugar a engaños, como ha estado haciendo con ellos el Gobierno laborista'.
