La Aduana, para Málaga

A nadie le extraña hoy en día el proclamar que la cultura es patrimonio de todos y que, por tanto, pertenece a todos los ciudadanos sin distinción alguna. De igual forma, es fácilmente comprensible que el acceso a la misma ni debe ni puede ser restringido de forma alguna por nadie, mucho menos si se trata de un representante político y, de tal forma, al servicio del pueblo.

Pues bien, a pesar de todo eso el subdelegado del Gobierno en nuestra ciudad y el Ministerio de Educación ¿y Cultura? continúan haciendo oídos sordos a lo que los malagueños estamos en nuestro derecho de reclamar: que se nos facilite de una vez por todas el acceso al conocimiento y a la cultura en un espacio museístico de calidad.

De tal modo, manifestación tras manifestación, todo tipo de movimientos sociales y asociaciones, además de miles de ciudadanos de a pie no nos hemos cansado de reivindicar la habilitación del Palacio de la Aduana para albergar adecuadamente el Museo de Bellas Artes y el Museo Arqueológico que la provincia y la ciudad de Málaga necesitan.

Y es que no podemos permanecer impasibles ni tolerar por más tiempo que el patrimonio museístico y cultural de nuestra ciudad permanezca deteriorándose en un rincón, mientras se siguen anteponiendo los intereses personales de unos pocos a los derechos constitucionales de toda la población.

El sentir de los malagueños es que esos importantes fondos culturales no caigan en el olvido ni en la pasividad de ninguna forma, además de aspirar a hacer de Málaga entre todos una importante capital cultural y del conocimiento. Una ciudad donde cualquier persona pueda formarse admirando desde esculturas góticas o pintura flamenca hasta ánforas fenicias o jarras hispano-musulmanas, y no hay ninguna duda de que el mejor para cobijar toda esa riqueza es el Palacio de la Aduana, un palacio que por encima de todo debe ser ya el Palacio de la Cultura para todo el pueblo de Málaga.-