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INVERSIÓN

A la espera de otro recorte de tipos en EE UU

La situación prosigue por los derroteros apuntados por buen número de analistas: la economía de Estados Unidos prosigue su enfriamiento y, tiene todos los visos, a un ritmo excesivamente rápido. El inesperado recorte de tipos de interés -medio punto el pasaso día 3- mostraba que los datos preliminares de que disponía Alan Greenpsan, presidente de la Reserva Federal, eran muy preocupantes. Esta semana, el gran hacedor de la política monetaria estadounidense anunciaba ante el Senado que el crecimiento está probablemente muy próximo a cero en estos momentos.

Pero una caída del PIB desde cotas superiores al 5% a un estancamiento dista mucho de ser un 'aterrizaje suave', como pretendía Greenspan. Y vuelven las voces críticas contra el presidente de la Fed, al que acusan de no haber rebajado tipos con anterioridad, justo cuando se comenzaron a evidenciar los primeros síntomas de cansancio económico. Cierto es que esa moviola no tiene marcha atrás, por lo que cada vez surgen más pronósticos respecto a una inmediata rebaja del precio oficial del dólar en la próxima reunión del Comité de Mercado Abierto de la Fed, a celebrar los próximos martes y miércoles. La cuantía del recorte, si se hace caso al mercado, sería de medio punto, hasta situarse en el 5,50% los federal funds y en el 5% la discount rate.

No es una hipótesis descabellada. Parece evidente que Greenspan no quiere poner chinitas al inicio de la presidencia de George W. Bush, al que ha prestado un inestimable favor al refrendar la política de rebajar 1,6 billones de dólares en impuestos durante los próximos 10 años. Algo que, lógicamente, servirá para templar la economía de los norteamericanos.

Las presiones inflacionistas siguen siendo mínimas -3,4% en el 2000- y, aunque el índice de costes laborales creció el 4,1% en el pasado año, la mayor subida desde 1991, bien es cierto que éstos sólo crecieron el 0,8% en el cuarto trimestre, tres décimas menos de lo esperado, y que reflejan fielmente la desaceleración económica general. Es lo mismo que ocurre con el índice de confianza empresarial elaborado por el Conference Board, que pasó de 47 a 31 puntos en el cuarto trimestre, cada vez más alejado del nivel 50, el punto neutral de la encuesta.

Así que la incógnita actual es si Greenspan podrá evitar una recesión en toda regla a base de relajar su política monetaria. Si Estados Unidos entra en recesión, su efecto dominó sobre las otras áreas económicas mundiales puede ser devastador. Japón sigue sin levantar cabeza -los primeros indicios apuntan a un descenso del PIB en el último trimestre del pasado año- y el Banco de Japón ha expresado públicamente su preocupación por el posible 'efecto contagio' del enfriamiento norteamericano. Otro tanto puede decirse de Latinoamérica, con sus economías de referencia -México, Brasil, Argentina- atadas, por una razón o por otra, a la buena salud del 'vecino del Norte'. Los europeos, por su parte, se mantienen en una cauta espera. Los análisis expuestos en el Foro de Davos intentan minimizar la influencia negativa de la 'recesión' americana. Pero no todo está tan claro. La economía europea sigue dando muestras de enfriamiento, no al mismo ritmo que el americano -los institutos de coyuntura han rebajado las expectativas de Bruselas hasta el 2,8% para este año y hasta el 2,7% para 2002-, pero aquí las tensiones inflacionistas no han desaparecido. El IPC italiano aumentó un 0,4% en enero, 2,9% en tasa interanual, el peor resultado desde 1996, mientras que en Alemania los precios al consumo subieron un 0,5% en este primer mes, 2,4% en tasa interanual. Así, se esfuman en parte los buenos resultados cosechados en diciembre, cuando el IPC armonizado bajó desde el 2,9% en tasa interanual en noviembre al 2,6% en el último mes de 2000.

El BCE se ha apresurado a decir que la inflación se mantendrá por encima del 2% durante este año. Y vuelve a alejarse el momento en que bajen los tipos en el Viejo Contienente.

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