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Los organizadores sociales lanzan en Brasil sus críticas al foro de Davos

Juan Arias

El Fórum Social Mundial de Porto Alegre, en Brasil, se presenta como la alternativa al de Davos, pero sus organizadores tampoco consiguieron que el encuentro se inaugurase, la noche del jueves, sin gestos de protesta. En realidad, el foro mismo es una protesta contra la política de la globalización. En la marcha a través de la ciudad, a la que asistieron 10.000 personas, un grupo se separó para quemar una bandera de EE UU y otra de España ante una sucursal del Banco Santander. También pereció un muñeco que representaba al presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, que se permitió ironizar sobre los reunidos en Porto Alegre.

Si a la cumbre de Davos asisten 30 jefes de Estado, 250 líderes políticos, 200 catedráticos, 1.000 empresarios y 36 ONG, en Porto Alegre se han reunido, además de 900 ONG, 150 líderes alternativos y 450 diputados, economistas y pensadores. Porto Alegre ha conseguido, sin embargo, tener eco en Davos. Hasta el punto de que el domingo tendrá lugar una teleconferencia con personalidades de ambos foros.

Desde Suiza participarán el financiero Georges Soros, dos representantes de la Organización Mundial del Comercio y dos del Fondo Monetario Internacional. El secretario general de la ONU, Kofi Anan, mediará en el duelo. Del otro lado, desde Brasil, participarán en el debate Bernard Cassen, director de Le Monde Diplomatique y uno de los creadores del foro brasileño; el economista João Pedro Stédile, líder del Movimiento de los Sin Tierra; el alcalde comunista de Porto Alegre, Tarso Genro, y el representante de Filipinas, Walder Bello.

La nueva izquierda

El foro de Porto Alegre se había concebido como una reunión mundial de la nueva izquierda, pero, al final, varios líderes importantes de Europa y de Estados Unidos se han quedado en casa, por lo que el encuentro se ve más bien caracterizado por los movimientos campesinos de lucha latinoamericanos. Y los que han empezado a llevar la voz cantante son el Movimiento de los Sin Tierra de Brasil, los campesinos de México o Ecuador y los revolucionarios cubanos.

Precisamente Stédile está intentando aprovechar el foro de Porto Alegre para crear un movimiento mundial de campesinos en la línea del de los Sin Tierra. Los temas que unen a dichos movimientos son la defensa de la reforma agraria, la ayuda a los pequeños agricultures y el rechazo de los alimentos trangénicos hasta que haya seguridad de que no causan daño a la salud.

En Porto Alegre se están delineando, ya desde ayer, dos estrategias: una de discusión, más europea, para buscar alternativas creibles a la globalización y al capitalismo neoliberal, y otra que busca 'una nueva relación de fuerzas' entre los pueblos más pobres, ya que, como ha destacado el activista francés José Bové, 'el problema no es, ni lo fue nunca, de falta de ideas, sino de falta de poder'.

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