'Los nuevos miembros de la UE serán un riesgo para el proyecto político europeo'
'Alemania no desea ser vista como una potencia hegemónica en Europa, porque eso no sería compatible con las ideas básicas de la integración europea, que son profundamente federales'. Así lo opina en una entrevista con EL PAÍS Karl Lamers, el portavoz de política exterior del grupo parlamentario de la CDU-CSU en el Bundestag, vicepresidente del Partido Popular Europeo y uno de los defensores de la integración europea más respetados en Alemania.
La sospecha de que Alemania quiere ocupar una posición hegemónica se ha repetido como problema a lo largo de la historia, señala Lamers. La integración de Alemania en Europa - única salida de una situación que tan penoso desenlace tuvo en el pasado-, 'ha adquirido una mayor importancia tras el retorno del este de Europa al escenario político europeo', explica el político, que el 29 de enero inicia una visita de trabajo a Madrid.
'No nos podemos ir de donde estamos ni podemos ser menos de lo que somos. No podemos cambiar la geografía, pero sí la geopolítica', señala Lamers, que en 1994, junto con Wolfgang Schäuble, formuló la teoría del 'núcleo europeo' (Kerneuropa), precursora de la idea de 'centro de gravitación', que el ministro de Exteriores, Joschka Fischer, formuló en mayo pasado. En lo que a promover más Europa y menos 'nacionalismo excluyente' en la UE se refiere, el demócrata cristiano Lamers y el verde Fischer están en la tradición integradora europea, más allá de sus afiliaciones políticas.
'La ampliación pone a prueba todo lo que hemos construido en Europa Occidental desde 1945 , no sólo porque se plantea la integración de Alemania, sino también porque, con los nuevos miembros de la UE, entrarán en ella países que tienen otra impronta cultural y otra actitud, en algunos casos poco clarificada, hacia Europa'. 'Y no todos ellos son especialmente entusiastas de la integración', exclama Lamers. 'Los nuevos miembros de la UE serán un riesgo para el proyecto político europeo', subraya. 'La Conferencia Intergubernamental de Niza ha abierto formalmente las puertas de la UE, pero no ha creado las condiciones para asegurar la integración', afirma. 'Para dejarlo claro, nos encontramos ante una ampliación sin profundización', sentencia el político.
'Si aceptamos que lo que está a prueba es el proyecto político europeo, entonces los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Niza no han comprendido la importancia del momento, sino que han actuado de forma miope, en función de intereses electoralistas', opina Lamers. La ponderación de voto, el punto que absorbió la atención de la cumbre, 'no fue el tema central para la integración de Europa y para la ampliación'.
De cuantos se debatieron en Niza, el tema más importante 'fue las decisiones por mayoría, ya que son básicas para garantizar la capacidad de acción de la UE y para no dejar que ésta pueda verse perjudicada por las dificultades mentales que tienen y tendrán los futuros miembros ante la integración'. Diferentes países de la EU bloquearon las decisiones por mayoría en diferentes temas (España, la financiación; el Reino Unido, la fiscalidad; Francia, la política cultural; Alemania, el asilo). 'Tener miedo a que la apertura nos desborde es expresar un complejo de inferioridad', señala Lamers, según el cual, ni Francia debe temer a los americanos en cuestiones culturales, ni Alemania, a los peticionarios de asilo. En cuanto a la unanimidad en cuestiones financieras, que quiere España, el 'pensar que uno puede ponerse al nivel de la renta europea y conservar a toda costa, simultáneamente, el monto de los fondos de cohesión es un error y es una posición que los futuros miembros de la UE perciben como falta de solidaridad'. 'En España', opina, 'no se percibe aún bien la nueva situación que ha creado el retorno del este de Europa al escenario político europeo y su significado para la posición de Alemania'. 'España es una historia de éxito, que es tanto la expresión del propio esfuerzo como de la solidaridad europea. Por eso, deseo que España muestre esta solidaridad con sus vecinos orientales, cuyo destino ha sido más difícil que el de los países de la península Ibérica', subraya. 'Todos somos lo que somos gracias a Europa y debemos tener claro que somos muy pequeños si hablamos en términos globales. Y eso se aplica tanto a Alemania como a los demás países de la Unión', afirma Lamers. 'Si pensamos en los desafíos, ningún país europeo es una nación dirigente ni lo puede ser', dice este político, que no es partidario de 'una multiplicación de los miembros del grupo del G-7 , sino de su recorte'. 'Lo ideal sería un G-4 con la participación de la UE', afirma el político, que tampoco quiere un puesto para su país en el Consejo de Seguridad de la ONU, sino un puesto para la UE. 'Sólo Europa puede contestar al desafío global ante el que estamos. Europa es más que la suma de sus partes y no puede verse como una prolongación del poder nacional. Hemos de discutir esta cuestión fundamental en el marco de la relación hispano-alemana', afirma Lamers. Y lamenta que la postura integradora del ministro de Exteriores, Joschka Fischer, no haya encontrado un eco más positivo allende los Pirineos.
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