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Van Morrison y Linda Gail Lewis ofrecen en directo su particular viaje al pasado

El cantante irlandés presenta en Madrid y Barcelona su nuevo disco, 'You win again'

Van Morrison, uno de los músicos más influyentes de los últimos 20 años, está enamorado de los sonidos tristes de Portugal. Incluso le ha pedido a su representante que se haga con una guitarra adecuada para interpretar la saudade. Dicho y hecho. Cuando baje de su avión privado el domingo en Barcelona, le estará esperando una guitarra de 12 cuerdas fabricada por uno de los mejores luthiers de Lisboa. Todo se debe a los discos que últimamente alimentan el equipo de música instalado en su casa de Bath, una localidad a 130 kilómetros de Londres. Uno de ellos lleva la firma de la cantante de fados Maria Branco, y el llamado Tigre de Belfast ha sentido el flechazo.

Morrison llegará escasas horas antes de que comience el primero de los dos conciertos que tiene previsto ofrecer en España esta temporada. Y vendrá acompañado de Linda Gail Lewis, hermana menor de Jerry Lee Lewis, una de las leyendas del rock estadounidense, cuya tormentosa vida llevó al cine en 1989 Jim McBride en la película Great balls of fire (Gran bola de fuego).

Morrison y Lewis presentarán en directo You win again, trabajo realizado el año pasado y que firman a dúo. En él se esconden 12 de las canciones más importantes del blues sureño de los años cincuenta y sesenta compuestas por grandes nombres de la música estadounidense como Otis Blackwell, John Lee Hooker o Hank Williams. Morrison firma en solitario el decimotercer corte que completa este disco. Para acompañarles sobre el escenario también se trasladarán a España los integrantes de The Red Hot Pokers, la banda habitual de Morrison, a la que se sumarán el trompetista Matt Holland y Martin Winning en la percusión.

Impredecible

Los conciertos durarán entre hora y media y dos horas, 'depende de cómo esté el público y el propio Van', ha dicho Carlos Goyarrola, promotor español del músico. 'Por supuesto, cantarán varios temas del último disco, pero el programa es impredecible'. Tanto como el propio músico, famoso por su hermetismo y su misantropía. Es conocido el episodio de su primer concierto en España. Era el 15 de mayo de 1988. El aforo del auditorio de la Casa de Campo estaba completo. Morrison acompañaba a The Chieftains y, cuando sólo llevaba un minuto y medio cantando, se percató de que un hombre le filmaba para que su imagen se viera proyectada en las pantallas gigantes de vídeo. Decidió abandonar el escenario y encerrarse en su camerino. Sólo la insistencia de Paddy Moloney, líder del grupo de folk irlandés, logró hacer que Morrison volviera a cantar.

Goyarrola asegura que el nuevo trabajo del músico ya está grabado, a la espera de que su discográfica permita su publicación.

Músico y canción por separado

George Ivan Morrison sólo concede una entrevista cada cinco años. En una de las últimas, fechada en 1993, el cantante decía: 'Siempre pienso en la música como la entidad que yo produzco, y en mí, como algo separado'. Así, sólo quedan las canciones para intentar descubrir lo que se esconde en su mente. Ejemplo paradigmático es que esta entrevista coincidió con la publicación de su trabajo Too long in exile (Demasiado en el exilio). Durante el diálogo con la periodista Victoria Clarke, este hombre, hijo de una cantante y un coleccionista de discos de jazz y blues, explicaba que Why I must always explain (Por qué siempre tengo que dar explicaciones) es una de las canciones más autobiográficas que ha escrito. En ella canta: 'Desnudo mi alma a las masas, pero a qué precio. / Casi todos rieron a carcajadas, como si nada se hubiera perdido. / Eran hipócritas y parásitos y gente que lo consume todo. / Dime por qué tengo que dar explicaciones'. Morrison empezó a trabajar como músico profesional a los 15 años y afirma que lo que espera sacar del show business es 'simplemente un empleo'. De pequeño estudió guitarra y saxófono. Y este último instrumento fue el que tocó en sus comienzos. Pero es en 1963, con la formación Them, cuando define su estilo repleto de intensidad y dureza. Siempre a contracorriente y siempre genial. Al principio de su carrera le aconsejaron que adelgazara y cambiara su forma de vestir. Lógicamente, no lo consiguieron. Van Morrison estará este fin de semana en España. Beberá Martini rojo con Seven Up entre pieza y pieza y, si todo sale bien, descorchará una botella de Dom Perignon, al que es adicto, después de cada concierto.

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