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La 'guerra de las pensiones' moviliza a cientos de miles de franceses contra la patronal

El plan de aumentar en cinco años el periodo de cotización (en el sector privado es de 40 años y en los funcionarios de 37 años y medio) ha puesto en pie de guerra a las organizaciones sindicales. Los sindicatos protagonizaron ayer una movilización global cifrada por ellos mismos, en casi medio millón de personas, aunque fuentes policiales estimaron en la mitad.

La cólera social viene provocada por el anuncio de que la patronal ha bloqueado la entrega de las cotizaciones con las que se completan las pensiones de los que se jubilan a los 60 años en el sector privado. Una medida impulsada por la cúpula de la Medef, que ha sido calificada de 'grave error' por empresarios como Jean-Marie Messier, presidente de Vivendi, quién, no obstante, está de acuerdo en que debe negociarse un mayor periodo de cotización. Cotizar 45 años supondría empezar a cotizar a los 15 para tener plenos derechos de jubilación a los 60.

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La manifestación que recorrió París desde la estación de Montparnasse hasta la sede de la Medef, discurrió sin incidentes bajo pancartas como 'Medef, ladrón' o 'No a las pensiones a título póstumo'. Otras marchas importantes tuvieron lugar en Marsella, Burdeos o Toulouse, pero también en ciudades más pequeñas, desde Clermont-Ferrand a Rouen.

Con el primer ministro socialista, Lionel Jospin, de visita a la isla de la Reunión (800 kilómetros al este de Madagascar), su partido adoptó ayer un perfil bajo respecto a una movilización social cuyo objetivo no era el Gobierno, aunque al final terminará por afectarle. Antes de viajar a La Reunión, Jospin advirtió severamente al presidente de la patronal, Ernest-Antoine Seillière, sobre la responsabilidad en que incurren los que, con golpes de fuerza como el suyo, buscan 'la desestructuración social'.

Suspensión de cotizaciones

La guerra de las pensiones se desató hace diez días, cuando la Medef anunció la suspensión de cotizaciones a la Asociación para la Estructura Financiera (ASF, siglas en francés), entidad teóricamente independiente del Estado y compartida por patronal y sindicatos, que financia las pensiones complementarias a los trabajadores del sector privado cuando se jubilan entre los 60 y los 65 años.

Las cotizaciones a esa estructura son obligatorias y las empresas son las que entregan los pagos a cuenta a la ASF, pero la Medef les ha pedido que no lo hagan a partir del próximo mes de febrero. El presidente de la patronal, Ernest-Antoine Seillière, veterano en movimientos anteriores contra las medidas sociales del Gobierno -por ejemplo, contra la aplicación de la jornada semanal de 35 horas- argumenta que el alargamiento de la esperanza de vida conducirá a que los trabajadores en activo sean pronto menos numerosos que los pensionistas; de ahí que se necesiten más años de cotización para evitar la quiebra del sistema de pensiones.

Actualmente, los trabajadores del sector privado tienen que cotizar 40 años para retirarse y la Medef quiere elevarlo a 45, a base de un trimestre más cada año durante el periodo que comprendido entre 2004 y 2023. A la modificación se oponen tajantemente los sindicatos de las empresas privadas. Los funcionarios también se sumaron ayer a la movilización: aunque se retiran con menos años cotizados (37,5), sus sindicatos temen que el Gobierno alargue ese periodo también para ellos. En España, es necesario haber cotizado 35 años y tener 65 para poder recibir el 100% de la pensión. El mínimo requerido para jubilarse, aunque sin recibir la totalidad de la pensión, es de 15 años.

Un grave error

No todas las empresas respaldan la postura de fuerza del presidente de la Medef. Esta organización 'ha cometido un grave error', advirtió Jean-Marie Messier, de Vivendi. 'Como lo demuestran las manifestaciones de hoy [por ayer] el plan de jubilaciones es la primera preocupación de los franceses. No se puede usar la violencia ni el ultimátum como medio de diálogo social, ni por parte de los empresarios, ni por los sindicatos'.

Empresas importantes han continuado recogiendo las cotizaciones en las hojas de pago que se entregarán este mes: es el caso de las entidades adheridas a la asociación francesa de bancos o de los fabricantes de automóviles Peugeot y Renault, todos a la expectativa sobre lo que pueda pasar en los próximos días.

La CFDT, sindicato de inspiración cristiana, había aceptado negociar una moderación del sistema vigente, pero la postura de fuerza adoptada por la patronal le ha obligado a unirse a las demás centrales. 'Está claro que la Medef tiene que volver a la mesa de negociaciones', decía anoche su líder, Nicole Notat.

Todas las centrales sindicales exigieron anoche, tras el éxito de sus convocatorias, 'verdaderas negociaciones', que 'garanticen el futuro' del sistema de pensiones.

El desafío entre patronal y centrales sindicales coincide con la retirada del grupo Suez-Lyonnaise, asociado a la española Telefónica, de las candidaturas para la adjudicación de una de las cuatro licencias de telefonía móvil de tercera generación (UMTS). El Gobierno esperaba recaudar 130.000 millones de francos (3,3 billones de pesetas) por ellas y destinarlos a reforzar el fondo de reserva para el sistema general de pensiones. Pero la ausencia confirmada de uno de los candidatos reduce esa cifra en una cuarta parte, y puede contagiar a otros candidatos como Bouygues.

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