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Reportaje:

Turismo con memoria

Villacarrillo y Lopera recuperan búnkeres y galerías de la guerra civil para que puedan ser visitadas

Los túneles de Cuchi (Vietnam) se han convertido en uno de los principales atractivos turísticos de un pequeño país que ganó la guerra a una superpoetencia como Estados Unidos. Cada año miles de visitantes entran en los estrechos, fríos y húmedos túneles excavados por los vietmanitas para huir del fuego enemigo. Durante unos minutos se puede imaginar la tensión que allí vivieron miles de personas.

Los responsables municipales de los municipios jiennenses de Villacarrillo y Lopera quieren hacer lo mismo con los restos que tienen de la guerra civil española. Las galerías de túneles excavadas en Villacarrillo y las trincheras, refugios de ametralladoras y búnkeres de Lopera van a convertirse en lugares destinados al fomento del turismo.

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Un equipo de espeleólogos de Villacarrillo consiguió encontrar las galerías enterradas de las que hablaban los ancianos que todavía recuerdan las batallas de la guerra. Fue difícil, hasta casi se desistió de seguir buscando, cuando, bajo una alcantarilla, aparecieron túneles excavados de más de un kilómetro de longitud, perfectamente acabados, con bóvedas, un ancho de más de tres metros y con pequeños espacios más amplios cuando se cruzan varios túneles.

'Creemos que puede haber más galerías, incluso una sala central de la que nos han hablado', explicó ayer la alcaldesa de Villacarrillo, Teresa Vega (PSOE), que añadió: 'Ahora queremos adecentar las entradas, iluminarlo todo y situar un pequeño museo arqueológico'. El coste del proyecto aún no está cuantificado, pero ya han comenzado las conversaciones con la Junta para buscar fondos.

'Ha llegado el momento de poner las cosas en su justo sitio, sin matices, para reconocer nuestra propia historia', resaltó la alcaldesa. Las galerías se construyeron como refugio para los bombardeos. Después de la guerra se utilizaron como cárcel y durante un corto periodo también sirvieron como almacén de alimentos, recordó el concejal Sebastián Monuera.

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Tras la posguerra nadie ha entrado en estas galerías, que no aprovecharon ninguna construcción anterior, sino que se hicieron expresamente durante la guerra civil.

En Lopera conservan construcciones exteriores como los nidos de ametralladoras situados en un lugar estratégico, a cinco metros de la antigua carretera Madrid-Cádiz. Junto a Arroyo Salado hay otro conjunto que recuerda la guerra, visible perfectamente desde el exterior, con nidos, trincheras y un búnker que sirvieron un 24 de diciembre para que las tropas nacionales destruyeran el puente con el objetivo de impedir que los soldados republicanos visitasen a sus familias.

El alcalde, Pedro Valenzuela, de IU, quiere editar una guía turística y establecer rutas señalizadas que permitan a los visitantes disfrutar de un entorno natural y ver las huellas que quedan de la contienda. 'Estos lugares tienen gran fuerza y un enorme atractivo, aunque ahora están llenos de maleza y necesitan inversiones', dijo. Lopera tiene también todavía en sus calles dos casas que sirvieron de refugio, sobre todo para los niños.

Lo primero que se va a hacer en esta localidad es un catálogo que incluirá todos los restos que se conservan, para conocer cuáles están en terreno público y negociar los que estén en fincas privadas para que pasen a ser patrimonio de Lopera.

Villacarrillo ya dispone de un plano de sus galerías. 'Da morbo entrar en ellas. Dentro no hay humedad, ni se encuentran sucias, han estado selladas durante años. Seguro que resultan de interés para un montón de gente, menos para los claustrofóbicos', comentó Sebastián Monuera.

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