La edición de la Bula del papa Borja que autorizó la Universidad deriva en una polémica intelectual

La controvertida figura histórica de Alejandro VI desató ayer una polémica de interpretaciones sobre el papa Borja, que en 1501 autorizó los estudios en la Universidad de Valencia, creada dos años antes por los jurados de la ciudad. En la presentación de la edición crítica de la Bula, el historiador Ferran Garcia Oliver, arremetió contra la visión 'genocida' vertida por el profesor Nicolás Sánchez Durá en un artículo en EL PAÍS. Sánchez Durá, sorprendido, se limitó a responder que 'un acto solemne no es el espacio idóneo para resolver diferencias de interpretación'.

Garcia Oliver, profesor titular de Historia Medieval en la Universidad de Valencia, aprovechó la presentación de la edición crítica de la Bula papal, concedida a la Universidad de Valencia hace cinco siglos, para cuestionar la visión actual del profesor y director del Colegio Mayor Rector Peset de Valencia, Nicolás Sánchez Durá, sobre la figura del valenciano Alejandro VI. El discurso de Garcia Oliver -que venía precedido por el reciente debate suscitado a raíz de las diferentes interpretaciones del Papa Borja vertidas por distintos escritores y ensayistas valencianos en las páginas de este periódico- estaba estructurado de principio a fin como una respuesta crítica a la 'tendencia' a revisar la historia desde 'la especulación, la teoría o el ensayo, que permiten tantos malabarismos del lenguaje', al margen del 'rigor documental' y de las 'fuentes del pasado', que defendió desde el primer párrafo.

Situado en esta óptica, el responsable de la traducción y de la edición facsímil de la Bula personalizó gran parte de su discurso en la visión de Alejandro VI dada por Sánchez Durá, a quien catalogó de 'eminente filósofo local'. Garcia Oliver afirmó que el artículo de Sánchez Durá 'ha engrandecido el pérfido perfil de Alexandre VI hasta el de un genocida a la altura de un Hitler o un Stalin'. Según su interpretación del Papa natural de Xàtiva, prosiguió Garcia Oliver, éste 'sería el autor intelectual del exterminio de los indios americanos'.

El historiador llegó a establecer un paralelismo 'genocida' entre la figura de Alexandre VI y la del polémico escritor alemán Ernst Jünger, en referencia a la reciente exposición fotográfica de éste comisariada por Sánchez Durá. De esta forma, Garcia Oliver remató: 'A Roderic de Borja, nuestro genocida connacional, de alguna manera, también lo podríamos rehabilitar como a Jünger por medio de su literatura'.

El gesto, poco habitual en un acto cargado de simbolismo al celebrarse justo el mismo día en que fue expedida, hace ahora cinco siglos, la autorización eclesiástica de los estudios superiores de una universidad impulsada y creada por las autoridades civiles de Valencia, causó sorpresa en la mayoría de académicos presentes. Sánchez Durá, que tampoco ocultó su sorpresa, trató de quitar hierro y se limitó a puntualizar su desacuerdo con el uso de un acto de este tipo. 'No creo que el acto de esta mañana [por ayer] sea el momento y el espacio adecuado para resolver las diferencias de interpretación sobre Alejandro VI. Era un acto institucional de conmemoración de la autorización eclesial de la fundación de la Universidad de Valencia, un acto solemne que cayó en una pugna personal de interpretación'. Con todo, Sánchez Durá precisó que la actitud de Garcia Oliver demuestra, en la práctica, que no está 'tan preocupado por la historia de Alejandro VI', sino más bien 'por el uso político actual de su figura'. La polémica sobre el papa Borja no es exclusiva de este país, señaló Sánchez Durá, quien recordó que existe un álgido debate científico e intelectual en otras ciudades europeas como Roma, lo que refuerza su convicción de que la presentación no es el marco más idóneo para discutir nuevas interpretaciones acerca de Alejandro VI.

La presentación fue respaldada por el Ayuntamiento de Valencia, que a través del teniente alcalde, Alfonso Grau, defendió el origen civil de la Universidad, la unanimidad y la visión de los poderes políticos y económicos que la concibieron una década antes de ser autorizada, por lo que apostó 'ahora más que nunca' por la cooperación entre la Universidad y la ciudad de Valencia.

El respaldo municipal a la primera universidad de la Comunidad Valenciana y la única que en España surgió, en los albores del Renacimiento, del impulso civil se diluyó, sin embargo, en el tono en que derivó el acto. Así, al hilo de los cuestionamientos lanzados por el historiador Garcia Oliver, el rector Pedro Ruiz sugirió -no sin cierta fina ironía y con una buena dosis de la curiosidad académica que alimenta como el catedrático de Historia que es- al vicerrector de Cultura, Juli Peretó, organizar un debate sobre 'la figura polémica' de este papa.