_
_
_
_
Reportaje:

Chebili quiere ser Tergat

El atleta de Kenia se impone al pentacampeón mundial de cross en la cita de Elgoibar

Todo lo previsto en el cross de Elgoibar salió del revés. Todo salvo lo que tiene carácter inmutable: los africanos, a lo suyo; el resto del mundo, también a lo suyo, pero detrás, lejos.

Martín Fiz tenía una carrera homenaje y no pasó del calentamiento -por culpa de un problema muscular- en la que debía ser su décimosexta participación en una de las pruebas que componen la trilogía de élite del cross vasco, junto a Amorebieta y Lasarte. Asímismo, la organización habia organizado para el inglés John Brown una revancha de la edición de 1999, cuando fue segundo tras Paul Tergat. Pero Brown ha hecho de su prueba fetiche un mero campo de entrenamiento para su recién estrenada condición de maratoniano.

Luego no hubo duelo, ni emoción, ni la sorprendente mezcla de colores por un triunfo que ayer se discutió, como acostumbra, exclusivamente entre africanos. Sencillamente, Brown fue sólo un aspirante más en la carrera de consolación que ocupa a los blancos. Y ni siquiera pudo alzarse con tan insignificante y dudoso premio. Se le adelantó un compatriota, Karl Keska.

La auténtica carrera dentro de la carrera se resumió en un asunto entre atletas kenianos. Una salida en tromba y un segundo kilómetro más devorado que corrido colocó enseguida a una decena de africanos en la vanguardia de un grupo que Brown nunco pudo enganchar. Ahí delante siempre estuvo Abraham Chebili, 21 años, vencedor este año en Llodio y lo suficientemente fuerte como para inquietar esta temporada sobre el tartán al intocable Gebreselassie.

Detrás de cada campeón consagrado, caso de Tergat y sus cinco mundiales de cross acumulados, existe un joven arrogante empeñado en acelerar el relevo. Chebili, por ejemplo, que se sabe tan fuerte como para adoptar actitudes kamikaze. Éste pasó en cabeza por casi todos los recovecos de un recorrido exigente, donde encontrar el ritmo adecuado sólo está al alcance de los que son ligeros para extraerse del barro y fuertes para no hundirse en el repecho principal del recorrido. Aquí, Paul Tergat estuvo a punto de perder pie en un par de ocasiones: cedió tres metros a Chebili, encorvado para superar la pendiente, la viva imagen de la voluntad. Sólo consiguió su propósito a última hora, cuando Tergat parecía haber digerido sus ejercicios intimidatorios y preparaba su proverbial sprint para ganar como en 1999, cuando Brown hizo de Chebili. Efectivamente hubo sprint, pero tan largo y desquiciado que arruinó cualquier estrategia. Chebili invertía en su futuro; Tergat sólo tiene que cuidar su presente.

Kenia, también en féminas

La superioridad africana no entiende de sexos: Kenia sigue siendo intratable entre las féminas y exhibe ahora mismo a dos campeonas, Naomi Mugo, ganadora de 2000, y Sally Barsosio, vencedora ayer, capaces de esquivar incluso los esfuerzos disuasorios de las cinco etiopes que vigilaron de lejos su exhibición.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_