Steiner, ¿sabio?
Yo lo discutiría. Concedemos al sabio una cualidad de equilibrio y guía que no parece apropiada a George Steiner. Lo que sí es, un intelectual. Como intelectual ejerce su papel provocador de reflexión sobre la cultura, civilización; sin embargo, sus opiniones son, deben de ser y él mismo se coloca en esa opinión, totalmente discutibles. De hecho, en sus libros tan desiguales, contradictorios, alternan las iluminaciones sobre la cultura con afirmaciones muy improbables, y en general basado todo en la capacidad combinatoria y la intuición, instrumentos del artista, pero con bastante desconocimiento de las realidades tecnológicas y científicas. Creo que el sabio debe poseer lo uno y lo otro.
De todos modos, disfrutemos de la vitalidad intelectual de Steiner sabiendo que, como casi todo, tiene sus contraindicaciones. Precisamente la crítica, tan necesaria, debiera ser el folleto adjunto al producto que especificase los efectos secundarios. Y que recordase que los artistas, y la gran mayoría de los intelectuales, desde luego que tienen un amo al que adoramos y servimos, pero está dentro de nosotros y se llama vanidad.
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