Sólo vías para peatones
En las grandes ciudades italianas no existe el carril-bus. Hay espacios dedicados a la circulación de bicicletas en algunas ciudades del norte, como Sondrio, Cuneo o Ferrara, pero en Roma, Milán o Nápoles la única opción sin riesgo para los amantes de las dos ruedas es seguir las vías para peatones.
El Ayuntamiento de Roma (2.700.000 habitantes) ha prometido poner en marcha 120 kilómetros de carril-bici en la ciudad, pero todo apunta a que la cosa irá para largo, un tanto enmascarada con los proyectos de reservar el centro para los peatones.
La Federación de Amigos de las Bicicletas, que agrupa a miles de usuarios en toda Italia, ha batallado para conseguir mejores condiciones de seguridad para los usuarios de las bicicletas en las grandes ciudades, hasta ahora con escaso éxito.
En Roma es posible circular por el centro histórico, dado que las dificultades del trazado de las viejas calles obliga a los automóviles a circular despacio y a coexistir sin prepotencia con peatones y ciclistas.
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