El otro Camarón
La FNAC muestra objetos personales y fotos del álbum familiar del cantante flamenco
El otro Camarón, el hombre callado y ajeno a los focos, protagoniza una muestra que encandilará a los incondicionales del cantaor, a los mitómanos y a los curiosos con un punto fetichista, pues podrán echar un vistazo a los objetos personales de este revolucionario del flamenco fallecido en julio de 1992. La tienda de libros y discos FNAC ha querido festejar el que sería el 50º cumpleaños del artista pidiendo prestados a la viuda, María Dolores Montoya, Chispa, y a los hijos parte del legado sentimental.
La exposición Recuerdo a Camarón luce, un suponer, dos de los anillos que adornaban la mano de José Monje, su inseparable medallón y sus sempiternas gafas de sol. En la misma vitrina hay una fotografía de las que cuelgan en el salón de la casa familiar gaditana (Camarón, con los hijos, los suegros y un cuñado) y una colección de llaveros de plástico con la efigie del cantante. 'Seguro que mucha gente no sabía que cada vez que salía una imagen de Camarón, alguien se encargaba de hacer llaveros y, lo que es más llamativo, que él los guardaba', apunta la responsable de las actividades culturales en la FNAC, Concha Gómez.
La muestra pretende conjugar, según los artífices, la vertiente pública y la privada del cantante. Queda patente, por ejemplo, en la vitrina que rescata la cazadora vaquera con tachuelas y la camisa roja que Camarón lucía fuera del escenario, junto al atuendo 'más arregladito' que se ponía al subir a las tablas: una americana en color vino burdeos y una camisa blanca calada. Y entremedias de ambos conjuntos reposan un par de botas camperas, dos garrotas y un cinturón rojo.
La tienda de libros y discos ha logrado sacar de Cádiz otros tesoros sentimentales: una gorra, un sombrero, una guitarra y un laúd antiguo, que revelan la faceta coleccionista del cantante. 'Tenía más de 30 guitarras, laúdes y otros instrumentos de púa antiguos, y teclados y percusiones, que debía de utilizar para sus experimentaciones', comentó el crítico musical Diego Manrique en el coloquio que inauguró la muestra. Otro de los participantes, Juan Verdú, reivindicó el papel de Madrid en 'la alternativa y la consagración' de Camarón. 'Parece que todo el mundo ha olvidado que triunfó cuando salió por la puerta grande del Palacio de los Deportes, donde logró reunir a 12.000 personas', recordó.
El flamencólogo Alfonso Eduardo Pérez se remontó a los orígenes de su relación con el artista: 'Le conocí en los años sesenta, cuando se presentó a un concurso apadrinado por Antonio Mairena, en el apartado de aficionados, y ganó'. Por aquel entonces, Camarón 'era un niño de pantalones cortos, pelo y ojos claros que no se correspondían mucho con el color achocolatado de los flamencos', señaló. El tributo madrileño al artista se completa con unas cuantas fotos de su álbum privado, donde aparece jovencísimo con traje, corbata y raya en el pelo, vestido de sevillana en un fotomontaje, de lazo rojo en su boda y al lado de gente como Paco de Lucía, Serrat o Gina Lollobrigida.
Recuerdo a Camarón, hasta el 30 de enero, en la FNAC (plaza del Callao; metro Callao). Gratis.
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