El cambio de rótulos se limita por el momento a las nuevas señales
El plan para sustituir la señalización bilingüe de las carreteras navarras ha durado una semana. La polémica suscitada, la oposición de la mayoría del Parlamento, el costo económico y el tiempo que supondría llevarlo a cabo han hecho que el Gobierno dé marcha atrás.
Según el consejero de Obras Públicas, José Ignacio Palacios, la desaparición del euskera en los rótulos sólo afectará a las nueva señales y a las que vayan siendo repuestas por necesidades del servicio. Fuentes oficiosas hablan de que los planes iniciales aprobados por UPN para sustituir todas las señales podría haber supuesto un costo económico de unos 1.000 millones de pesetas y un plazo de restitución de un año.
La zona denominada mixta por la ley del Euskera de 1986 es una franja geográfica que se inicia en los valles pirenaicos de Roncal y Salazar y termina en Estella, tras atravesar Pamplona y su comarca. El área donde reside más del 50% de la población y donde vive el mayor grupo de ciudadanos navarros que hablan, leen y escriben en vascuence.
La retirada de todos los paneles informativos, señales y rótulos que actualmente están escritos en castellano y en euskera y su sustitución por señales escritas únicamente en español fue decidido por el consejo de Gobierno de UPN celebrado el lunes 8 de enero. El plan de actuación fue presentado a los periodistas por el vicepresidente Rafael Gurrea y su filosofía se basaba en las limitaciones al uso de la lengua vasca contenidas en el Decreto Foral impulsado por regionalistas y socialistas que entró en vigor el pasado 5 de enero.
Guerra lingüistica
La respuesta de los partidos nacionalistas y de diversas instituciones educativas, culturales y sociales del ámbito de la enseñanza y la promoción de la lengua vasca no se ha hecho esperar. Todos aventuraron que Navarra estaba a las puertas de reabrir una nueva guerra lingüística, que afectará también a otros muchos ámbitos.
El departamento de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones realizaba incluso el inventario de las señales que sería preciso sustituir, pero según las matizaciones de Sanz y de Palacios, el Gobierno ha decidido finalmente incumplir sus perentorias previsiones, frenando la aplicación de su propio plan, al menos en las carreteras.
No había plazos ni presupuesto concretado, pero el plan aprobado por el consejo de Gobierno era claro al respecto: ordenaba la sustitución 'inmediata' de todas las señalizaciones viarias, rotulaciones y sellos oficiales bilingües en todos los centros administrativos públicos.
Y es que el plan de UPN es mucho más ambicioso y ordena emplear 'sólo el castellano' en las publicaciones, anuncios y publicidad de todos los órganos de la Administración y exige la desaparición del euskera en impresos y papelería. 'Los encabezamientos y membretes de toda la papelería e impresos del Gobierno de Navarra serán en castellano', indica el plan, 'aunque en el caso de los impresos de uso público se editarán ediciones bilingües para los ciudadanos que lo soliciten expresamente'.
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