Tabarca

Existe, a propósito de la isla de Tabarca, una actitud despótica y recalcitrante, que debiera declararse nula de pleno derecho, aliñada con una manipulación torticera por parte de los salvadores de turno. El resultado conduce a una confusión pública, generalizada, que no manifiesta sino la carencia total de interés por parte de los agentes sociales respecto a lo que la isla es y supone. Es así que lo único que se está fomentando es el catastrofismo, la fragmentación y la inanición, cuando si lo que se quiere es redefinir la isla como bien común, lo que se precisaría es ilusión, unión y trabajo para elaborar un Plan de Rehabilitación Integral. En lo que a mí personalmente respecta, quiero dejar constancia, por si a alguien le interesa, que estoy sufriendo un cuestionamiento tan humillante (para quién no lo sepa, soy el promotor de 19 casas en la isla), que empiezo a preguntarme si se me habrá olvidado cursar algún tipo de solicitud que me autorice a estar vivo. Lo único que me siento es libre. Así que, con la osadía de quien no tiene nada que perder, termino con una aclaración final: tengo un título -hasta la fecha, legal- de arquitecto y una necesidad acuciante de trabajo. Por favor, ¿me oye alguien?-