Varias familias denuncian una estafa de 1.500 millones en la compra de viviendasen Arenys de Mar
Un total de 58 familias han denunciado por estafa a una constructora de Barcelona por no acabar una promoción de pisos en Arenys de Mar. Los afectados compraron los pisos sobre plano y ya habían pagado 500 millones de pesetas a la promotora Corporación Rivador cuando descubrieron que la obra había sido vendida a otra constructora que ahora les exige más dinero para acabar las viviendas. La supuesta estafa puede ascender a 1.500 millones de pesetas.
Además de los 500 millones ya pagados por los compradores, la promotora Corporación Rivador habría dispuesto de otros 1.000 millones más a traves del Banco de Santander, que adelantó el dinero a la constructora para subrogarlo más tarde a los compradores, de acuerdo con la versión de la portavoz de los afetados, Luisa Gómez.
Las familias compraron los pisos, situados frente al puerto de Arenys, sobre plano y entregaron diferentes cantidades de dinero a la empresa a medida que iba avanzando la obra, que les debía ser entregada el pasado mes de mayo, momento en que ellos tenían que subrogarse al crédito hipotecario formalizado por la corporación y el banco.
Las obras en curso, sin embargo, no concluyeron en el plazo previsto y en septiembre la Corporación Rivador paró las actividades y vendió la promoción a otra empresa, Camp Inver, que ya trabajaba en las obras subcontratada por la corporación. Camp Inver exige ahora a los afectados otros 300 millones de pesetas para acabar los pisos.
El abogado de los afectados explicó ayer que han presentado también una denuncia contra esta última empresa, cuyos responsables han asegurado a los afectados que se quedaron con la promoción ante la amenaza de la Corporación Rivador de suspender pagos, lo que les hubiera dejado en una situación complicada, ya que no hubieran cobrado por sus trabajos. El letrado, en cambio, sostiene que Camp Inver compró la empresa por el precio simbólico de 60.000 pesetas ante la amenaza de la corporación y porque ésta les aseguró que aún quedaban por vender 18 apartamentos y un restaurante con los que podrían recuperar dinero.
Pero la nueva empresa se ha encontrado ahora con que, aun en el supuesto de que pueda vender las viviendas que quedan, no obtendría beneficios suficientes para saldar las deudas que la Corporación Rivador contrajo con la entidad bancaria, por lo que ha paralizado las obras.
La empresa se defiende
Los vecinos se encuentran, de este modo, con que han adelantado un dinero por unos pisos que no pueden habitar porque la obra no está acabada -falta por concluir el 30% del proyecto-, con los gastos que implica mantener otra vivienda en la que residir y con una empresa que les pide más dinero del inicialmente pactado para acabar las obras.
El presidente de la corporación, Salvador Simón, ha negado que su empresa haya cometido fraude alguno en esta promoción de viviendas y ha asegurado que, cuando se realiza una venta, la empresa que compra se ha de hacer cargo tanto de los activos como de los pasivos de lo que adquiere.
La compra de pisos sobre plano es una característica del sector que se produce sobre todo en épocas de fuerte crecimiento de la construcción. No suelen producirse problemas por el hecho de adquirir las viviendas antes de que estén construidas.
Pero en los últimos meses se está produciendo una desaceleración económica general que hace que las empresas del sector acudan a los bancos en busca de financiación hipotecaria al tener menos pisos vendidos de los que lograban vender hace un año, según señalan algunas entidades financieras consultadas.
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