Regocijo estupefacto
Con regocijo estupefacto, y con cierta demora, leo unas palabras que Francisco Peregil publicó en EL PAÍS el día 19 de noviembre pasado: 'Jimmy Jiménez-Arnau, ex marido de una nieta de Franco, asegura que se enteró al salir del cine. 'Iba con dos poetas amigos, Félix Grande y Paca Aguirre. Vimos una portada negra de Abc y recuerdo que ellos, como eran de izquierda, se asustaron mucho. Temían por su integridad física y les ofrecí mi casa': de donde se podría deducir que mi mujer y yo atravesamos el franquismo huyendo como conejos. ¡Toma del frasco! Sólo Dios todopoderoso sabrá con quién fue Jimmy al cine aquella tarde, y quizá sólo el propio Jimmy recuerde qué fumó un cuarto de siglo más tarde para caer bajo la potestad de la imaginación. ¡Ay, Jimmy, que te lo tengo dicho! En cuanto al rigor informativo de Peregil: 'Al salir del cine' faltaban cinco horas para que los españoles conociésemos la noticia. Peregil pudo haber sabido dónde estábamos Francisca Aguirre y yo en el instante del imperial deceso: le bastaba una llamadita, pues no carece de nuestro teléfono.
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