El negociador de Arafat descarta un acuerdo definitivo

'Nos quedan pocos días y no creo que podamos llegar a un acuerdo, pero sí que podremos avanzar de modo que la Administración de Bush reciba el tema mejor de lo que ha estado en los últimos tiempos', dijo anoche en Madrid Nabil Shaat, ministro palestino de Planificación y Cooperación Internacional. 'Lo importante', señaló, 'es que se regrese a la mesa de negociaciones y que Israel levante el estado de boicoteo y asedio sobre nuestro pueblo y nuestros territorios'.

Shaat, que ha representado numerosas veces a Yasir Arafat en las negociaciones de paz, se entrevistó con el ministro español de Asuntos Exteriores buscando un objetivo declarado: 'Estoy aquí porque queremos la ayuda de España para que el proceso de paz continúe durante la transición en la presidencia de EE UU. Europa debe jugar un papel en ese asunto, con España en la vanguardia'. El negociador palestino llegó a Madrid un día después que el ministro israelí de Exteriores, Shlomo Ben Ami, y horas más tarde de que la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, concluyera su última visita al Rey Juan Carlos, al presidente José María Aznar y a Piqué con esta declaración: 'Es claro que el tiempo se acaba, y nada puede hacerse si las dos partes en conflicto no quieren'. Poco después llegaba la noticia de la reanudación de las negociaciones.

Shaat se manifestó 'precavidamente optimista' sobre este hecho y destacó los siguientes puntos de desacuerdo palestino con la propuesta de Clinton: 'Israel no puede seguir manteniendo bases militares en territorio palestino; también es inaceptable que el sistema telefónico siga en manos de Israel y queremos fronteras claras en Jerusalén, las anteriores a 1967, no un territorio fragmentado por colonias. Por otro lado, un periodo de aplicación del acuerdo de seis años nos parece excesivo y queremos que se respeten los derechos de los refugiados. El acuerdo debe ser una solución permanente y, si Israel quiere que la paz sea permanente, no se pueden olvidar los derechos de cuatro millones y medio de palestinos que quieren volver a sus casas. ¿Acaso los judíos no reclaman sus derechos a los bancos suizos?'