Cómo mezclar el 'hardcore', el pop melódico y el budismo

Los organizadores han contratado a 159 bandas, entre las que se incluyen 38 grupos de fama internacional. La estrella que esta noche clausurará la primera jornada del festival será Sting, que desde hace años ha demostrado su devoción por Brasil y, en especial, por la defensa de los grupos étnicos amazónicos amenazados por la depredación de la zona. El cantante ecologista se ha mostrado feliz de poder compartir la primera jornada del festival con Gilberto Gil, Milton Nascimento, James Taylor y Daniela Mercury y ha prometido mezclar hoy viejas y nuevas canciones.

Se comenta que ya están agotadas las 1.700.000 entradas puestas a la venta. Mayores y adolescentes han hecho horas y horas de fila para asegurarse un lugar en el festival. En pocas horas se vendieron cerca de medio millón. De Argentina están llegando jóvenes en aluvión. No hay lugar en ningún avión y muchos emprenden un viaje de 42 horas de autobús.

Los más críticos con este festival han opinado estos días que la diversidad de estilos musicales podía disuadir a parte de los asistentes. Para evitarlo, los organizadores han dedicado cada día a un tema más o menos homogéneo, de modo que los aficionados al pop ligero de Britney Spears no tengan que compartir el césped con los aguerridos admiradores del rock más duro, como Iron Maiden.

En el festival no sólo habrá música, sino un poco de todo: desde gastronomía a ecología, pasando por debates políticos y religiosos. En la tienda llamada Por un mundo mejor, con cabida para 600 personas, se darán cita pensadores, teólogos, sociólogos, periodistas etcétera. Hoy se estrenará Chagdud Tulku Rinpoche, abad del monasterio Chagdud Gonpa en el Tibet, uno de los últimos lamas entrenados en las artes rituales tibetanas antes de la invasión comunista china. Presentará un CD con canciones thô drol o terapéuticas titulado Festin de Tchôd.