El conflicto entre Fomento y el Ayuntamiento de Lleida por el trazado del AVE, en un callejón sin salida

El conflicto que enfrenta al Ayuntamiento de Lleida y al Ministerio de Fomento a propósito del trazado del tren de alta velocidad (AVE) a su paso por la capital del Segrià, se halla en un callejón sin salida porque ninguna de las dos partes quiere dar su brazo a torcer. El alcalde de Lleida, el socialista Antoni Siurana, ha anunciado que no piensa retirar el decreto que ordenaba paralizar las obras y los responsables del Ministerio de Fomento se niegan a reunirse con él para estudiar mejoras en el proyecto.

Los técnicos municipales están estudiando el recurso de reposición presentado por el ente Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), organismo público responsable de la construcción de la línea del AVE, contra el decreto de paralización de las obras a su paso por Lleida, firmado por Siurana el pasado 18 de diciembre.

Si en los próximos días no se restablecen las vías de diálogo, el consistorio desestimará las alegaciones presentadas por la Administración, en cuyo caso el Ayuntamiento acudirá a los tribunales de justicia, lo cual podría suponer un retraso en el desarrollo de las obras.

El GIF, que hasta la fecha ha hecho caso omiso del decreto de Ayuntamiento, argumenta en su recurso que el alcalde de Lleida no tiene autoridad para detener las obras del AVE puesto que éstas son de interés general y, por tanto, tampoco necesitan permisos municipales para ser ejecutadas. El consistorio ilerdense discrepa de esta opinión y recuerda que en Cataluña las competencias en temas de urbanismo dependen de la Generalitat. El decreto de paralización de las obras se fundamenta en que el proyecto del AVE vulnera algunos aspectos del Plan General Municipal vigente.

A finales del pasado mes de junio, el pleno del Ayuntamiento de Lleida aprobó por unanimidad de todos los grupos, incluido el PP, una moción que instaba al GIF a introducir cambios en el proyecto para que la infraestructura ferroviaria no limite el crecimiento urbanístico de la ciudad. Lo que se reclamó entonces fue, básicamente, el soterramiento de la vía férrea a su paso por la ciudad y la reserva de terrenos en el by-pass o variante de Rufea para construir en el futuro una segunda estación para el propio AVE.

Estrategia común

Como pasaron seis meses sin respuesta, el alcalde decidió firmar el decreto de suspensión de las obras, con lo que entró en confrontación con el Ministerio de Fomento. Mientras tanto, los grupos municipales no acaban de ponerse de acuerdo a la hora de diseñar una estrategia común contra Fomento.

Los portavoces de IC-V y ERC-EV, Francesc Pané y Xavier Sáez, son partidarios de movilizar a los ciudadanos para defender la propuesta del consistorio. 'El AVE no puede ser una trinchera alrededor de la ciudad', señala Pané, quien propone una respuesta común 'para hacer frente a las evasivas, a la sordera y a la absurda actitud de Fomento ante nuestro problema'.

CiU, por su parte, propone anular el decreto del alcalde a cambio de que el titular de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, se avenga a negociar con Siurana las mejoras que reclama el municipio.