El PP se ofrece como puente con el Gobierno en la revisión de la financiación autonómica

El PP quitó ayer dramatismo a la inminente revisión del sistema de financiación autonómica, que CiU y el Gobierno de Jordi Pujol presentan como una encrucijada de la que depende el futuro del país. El presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández Díaz, afirmó que 'hay margen político y financiero suficiente' para que la revisión resulte satisfactoria y animó al Gobierno de CiU a buscar un acuerdo entre todos los partidos catalanes sobre esta cuestión. Y para cuando lo hayan logrado, se ofreció a actuar como puente ante el Gobierno central.

El consejero de Economía, Artur Mas, afirmó el lunes que las posiciones contrapuestas del PP y de ERC eran obstáculos casi insalvables para lograr una posición común de los partidos catalanes sobre la financiación de la Generalitat como le reclama el líder de la oposición socialista, Pasqual Maragall. Pero ERC aclaró el mismo día, por boca de su secretario general, Josep Lluís Carod, que está dispuesta a dejar de lado sus propuestas maximalistas. Y el PP se ofreció ayer a actuar como mediador ante el Gobierno si la propuesta catalana está animada 'por una auténtica voluntad de acuerdo'.

Tras declarase abierto a participar en la ronda de conversaciones con todos los partidos anunciada por Mas, el presidente del PP afirmó: 'No rechazamos la posibilidad de que Mas negocie un acuerdo con los demás partidos y después lo presente al PP de Cataluña. Valoraremos lo que se nos ofrezca'.

Fernández Díaz sostuvo que el PP es partidario de 'acuerdos amplios' en esta cuestión, lo que en la práctica engloba al PSOE en cuanto principal partido de la oposición y fuerza gobernante en seis comunidades, y a CiU en cuanto aliado del propio PP.

Fernández Díaz hizo esta oferta después de afirmar que sus 12 diputados continuarán garantizando la mayoría parlamentaria al Gobierno de Pujol. El PP está decidido, dijo, a situarse siempre 'en la centralidad' del escenario político catalán con su apuesta por la estabilidad.

Eso significa, explicó, que en Cataluña 'hay un Gobierno fuerte porque el PP lo garantiza', pero al mismo tiempo este gobierno sufre las consecuencias 'de una CiU débil a causa de las tensiones y contradicciones internas desatadas en la coalición por la sucesión de Pujol'.

Ante este panorama, el PP catalán quiere evitar que CiU y los demás partidos puedan atribuirle un eventual fracaso de la revisión de la financiación autonómica. No desea dar facilidades para que los demás partidos le atribuyan el papel de 'malo' en unas negociaciones que, en cualquier caso, serán muy complicadas.

Es factible mejorar la financiación, reiteró Fernández Díaz, si en vez de aferrarse a 'fórmulas' o 'instrumentos' como el pacto fiscal o el concierto económico, reclamados por CiU y ERC, los partidos catalanes negocian sobre bases realistas. Y resumió así la posición del PP: cesión parcial de impuestos especiales (hidrocarburos, vehículos), cesión de parte del IVA, aumento de la capacidad normativa de las comunidades sobre el IRPF y participación en la gestión de la Agencia Tributaria.