Comytel sale de las cabinas

En un ejercicio como el que acaba de cerrarse, que no ha sido muy boyante para las empresas de telecomunicaciones, una empresa valenciana que hace cuatro años se incorporaba tímidamente al mismo por la puerta de atrás ha vuelto a superar ampliamente sus resultados respecto al año anterior.

Con una facturación de 5.200 millones de pesetas, Comytel ha obtenido unos beneficios después de amortizaciones de unos 400 millones, lo que supone más que duplicar los alcanzados en 1999.

En cuanto a las previsiones para este año, la cifra de negocios esperan situarla por encima de los 6.000 millones, lo suficiente para volver a duplicar los beneficios y registrar un resultado neto de 800 millones de pesetas.

La explotación publicitaria de las cabinas y una red de terminales de Internet son sus nuevos frentes de desarrollo -

Para ello, a la mejora de la eficacia de la red actual de terminales telefónicos se sumarán nuevos servicios. En estos momentos disponen de 3.000 teléfonos inteligentes que en los próximos meses se extenderán a toda la red -16.000 terminales- con la posibilidad de ampliar su oferta con servicios tanto gratuitos como de pago. Administraciones locales, hospitales, centros comerciales... son un magnífico campo para el desarrollo de estas actividades.

Para Juan Peiró, director general de Comytel, 'lo importante es la red' y en ella está la clave del éxito de su empresa. Hace cuatro años gestionaban 55 teléfonos por empleado y ahora son ya 85. 'Hay que cuidar la rentabilidad dando un buen servicio, porque sin beneficio no hay continuidad', señala Peiró.

De los 16.000 terminales que componen el parque actual de Comytel, casi la mitad -7.000- ya han sido renovados para mejorar su eficacia, y en estos momentos tienen pendiente la renovación de otro 5%.

El grupo cuenta con 200 operadores y más de 40 empleados en servicios generales, siendo éste el único capítulo que se ha visto reducido en el último año al haber disminuido la plantilla en 10 empleados.

Junto a esta mejora en la gestión de la red actual y la ampliación de los servicios en sus terminales, el crecimiento previsto para este año se apoya también en la explotación publicitaria de los soportes de los teléfonos, fundamentalmente las cabinas ubicadas en las vías públicas, así como en la creación de una nueva red de terminales para el acceso público a Internet.

En los próximos 10 años esperan superar los 10.000 puntos y ofrecer nuevos productos como el videogiro, gracias al cual la persona que envía el dinero a través de este servicio podrá ver en una pantalla el momento en que se le entrega al receptor.

Todos estos planes recibirán un importante impulso próximamente con la unión que están preparando con otra importante empresa 'complementaria y cliente también de Telefónica', lo que les permitirá pasar a una facturación superior a los 20.000 millones de pesetas, convirtiéndose al mismo tiempo en 'la primera compañía del sector con gran diferencia sobre el segundo', según señala Peiró.

Una situación a la que han llegado enfrentándose a un gran monstruo como es Telefónica, con la que compiten a través de Cabitel en una peculiar circunstancia, ya que la empresa valenciana es el quinto cliente en facturación de Telefónica y ésta su principal proveedor.

Comytel gestiona ya el 20% de la telefonía instalada en lugares públicos con más de 2.000 puntos en la calle y 100 centros comerciales, a los que se unen algunos hospitales a los que ofrecen servicios integrados y administraciones locales.

Todo ello partiendo de 'hacer el trabajo sucio' que los grandes operadores más preocupados por la creación de valor para el accionista o la incorporación en negocios mucho más sofisticados han dejado de lado. Las primeras recaudaciones de los terminales de Comytel cabían en una bolsa de supermercado; poco tiempo después tuvieron que contratar los servicios de una empresa de transporte de dinero.

En 2000 ya han registrado unos ingresos importantes por la publicidad de las cabinas a los que se unirán este año los de sus nuevas actividades.

Para Juan Peiró, es fundamental mantener claras y dominar las líneas básicas del negocio, y eso exige su tiempo, 'como ocurre con el arte abstracto; antes de poder plasmar los trazos magistrales que componen un cuadro, hay que madurar y pasar una larga etapa figurativa'.