'Eldorado' español

'Es triste que accidentes como el ocurrido en Lorca vengan a descubrir la situación en la que son trasladados diariamente cientos de trabajadores inmigrantes a sus puestos de trabajo, cuando esta situación es de sobra conocida por todos'. Quien así se expresa es Juan Antonio Segura, portavoz de la Asociación Columbares, una de las organizaciones no gubernamentales más activas en la región de Murcia en torno al fenómeno de la inmigración, una población que ya representa casi al 5% de la población total de la comunidad murciana, con más de 50.000 ciudadanos extranjeros censados. De estos, la población ecuatoriana se ha incrementado considerablemente en los últimos dos años. Sólo en el municipio de Lorca hay censados 4.537 ecuatorianos, cifra que algunas organizaciones elevan a 12.000.

Según fuentes del Ayuntamiento lorquino, una cuarta parte de los inmigrantes residen en pisos del casco urbano, conviven con la población nativa y se encuentran totalmente integrados en una comarca que hace unos años los recibió con los brazos abiertos coincidiendo con la expansión de los cultivos intensivos de la llamada huerta baja, invernaderos y la proliferación de almacenes agrícolas dedicados a la manipulación de brócoli y lechuga, dos de los principales cultivos de la zona.

Además, existen otros factores que han convertido a las cormarcas del Guadalentín, Campo de Cartagena y Mar Menor en Eldorado español de los inmigrates ecuatorianos, una población que ronda las 20.000 personas censadas en toda la región de Murcia. Por un lado está el uso de una lengua común y, por otra parte, el reconocimiento del que rápidamente se hicieron acreedores entre los empresarios y la población en general de ser buenos y 'dóciles' trabajadores.

Estos inmigrantes se reúnen por centenares diariamente en la plaza del Óvalo de Lorca desde las primeras horas del día, a la espera de que los pequeños empresarios agrícolas y los intermediarios de las grandes empresas hortofrutícolas los seleccionen para subir a las furgonetas que los conducirán a los campos y los almacenes. Entonces les espera una dura jornada de trabajo de nueve y diez horas a razón de entre 500 y 650 pesetas la hora, un jornal con el que sobreviven compartiendo la vivienda con familiares y compatriotas, además de ahorrar un dinero que, convertido en divisas, significa ya la segunda fuente de ingresos para Ecuador, después del petróleo.

Sólo los inmigrantes ecuatorianos que residen en la región de Murcia enviaron durante el año pasado unos 1.200 millones de pesetas, según estimaciones de un informe publicado en diciembre por el propio Banco Central de Ecuador.

Como en otras partes de España, la masiva presencia de trabajadores inmigrantes ha generado el establecimiento de nuevos negocios dedicados a canalizar el envío de dinero a los países de orígen, así como el surgimiento de incontables locutorios telefónicos. Pero el gran problema de los trabajadores inmigrantes es la situación de irregularidad en la que se encuentran.

La mitad de los que residen en la región de Murcia, entre 20.000 y 30.000 personas, carecen de papeles. En el caso concreto de los inmigrantes ecuatorianos, sólo se encuentran regularizados un 50%. Estas circunstancias derivan en una larga lista de irregularidades en las que incurren los empresarios sin importarles demasiado. Sólo sucesos como el accidente de ayer en Lorca sacan a la luz los graves problemas a los que se ven abocados diariamente unas personas que un día oyeron hablar de que Eldorado de sus sueños se encontraba en una región y en una comarca cuyo municipio de referencia, Lorca, tiene nombre de poeta.