Arabia propone un recorte de la extracción de crudo de hasta dos millones de barriles
Los grandes exportadores de crudo del Golfo Pérsico comenzaron ayer a revelar qué se traen entre manos para la primera cumbre clave para la economía mundial de 2001. Los 11 miembros de la OPEP se reunirán el próximo 17 de enero en su sede de Viena para debatir si mantendrán o bajarán su producción de petróleo con vistas a la llegada de la primavera en el hemisferio norte.
Un alto funcionario del Ministerio del Petróleo de Arabia Saudí, el peso pesado del cartel de la producción (8,97 millones de barriles diarios), declaró ayer que este reino propondrá a sus socios de la OPEP un recorte de la producción de entre 1,5 y dos millones de barriles diarios. La declaración del responsable saudí, que prefirió mantener su anonimato, se produjo en el marco de la cumbre de los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico, integrado por Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein y Omán. Los cuatro primeros son miembros de peso en la OPEP y el último es un estrecho colaborador de la organización.
Si la iniciativa saudí se pone en marcha hasta el máximo propuesto, una rebaja de dos millones de barriles diarios, la producción de los 10 miembros del cartel que negocian la política petrolera se reduciría a partir del 1 de febrero de unos 26,6 millones de barriles diarios a 24,6.
Irak también es miembro de la OPEP, pero está excluido de los recortes o los incrementos de producción debido al embargo que pesa sobre el Gobierno de Bagdad y el programa petróleo por alimentos de Naciones Unidas. Con Irak, la producción total de la OPEP a finales de noviembre pasado llegó a 29,4 millones de barriles diarios.
El recorte propuesto por Arabia Saudí para el 17 de enero es equivalente a más de la mitad de los cuatro incrementos de producción (3,7 millones de barriles diarios) que el cartel aprobó el año pasado para frenar la escalada de los precios del crudo.
La cotización del barril llegó a superar los 34,30 dólares en octubre de 2000. El 1 de noviembre, la OPEP se vio forzada a poner en marcha un mecanismo automático de incremento de producción de medio millón de barriles diarios porque los tres incrementos anteriores que había aprobado, en marzo, junio y septiembre de 2000, no había logrado el descenso de la cotización del crudo.
Apenas 40 días después de que se pusiese en marcha esta medida, el mercado petrolero dio un rápido y acentuado revés. El precio del barril se desplomó casi 10 dólares, un 30%, entre finales de noviembre y la primera quincena de diciembre. El descenso del precio se afinazó a tal punto en el mercado, que ni la amenazas de la OPEP de recortar su producción, ni las olas de frío en EE UU y ni siquiera la interrupción de las exportaciones irakíes de crudo por 15 días, revirtieron la tendencia a la baja del crudo. En la última sesión de 2000 del mercado de Londres, el barril brent, de referencia para Europa, cerró en 23,87 dólares.
Prueba para el mercado
Los países petroleros temen que la caída de los precios se acentúe a medida que vaya pasando el invierno. La OPEP esperaba un descenso de la cotización para marzo, pero ésta se adelantó y ahora quieren actuar en consecuencia. Lo que Arabia Saudí pretende es una medida para curarse en salud de forma contundente, que mantenga los precios en torno a los 25 dólares. Un recorte máximo de dos millones de barriles como el propuestoproduciría un fuerte impacto en el precio. Los analistas esperaban que el cartel recortara su producción de forma moderada a partir de febrero próximo. ¿La reducción propuesta por Arabia es moderada? La respuesta se comenzará a saber a partir de hoy, cuando dé comienzo la primera sesión de 2001 del mercado petrolero. Probablemente, el precio del crudo se elevará, puesto que la mayoría de los expertos no esperaba un recorte superior a un millón de barriles diarios.
El hecho de que la cifra del recorte procediera de fuentes de Arabia Saudí, la dota de mucho peso. Las declaraciones saudíes, aunque sean anónimas, producen un gran revuelo en el mercado. Añadido a esto, desde ayer, el nuevo secretario general de la OPEP es el ex ministro venezolano de Energía, Alí Rodríguez, el primero en hablar en favor de un recorte de la producción ya a finales de septiembre pasado.
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