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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Biodiversidad de aquí

El pasado día 29 sirvió, Día Mundial de la Diversidad Biológica, sirvió para recordar que nuestro medio natural está amenazado por la propia acción del hombre, y que numerosas especies animales desaparecen a diario, algunas de ellas, sin que tan siquiera las hayamos conocido. Fue Thomas Lovejoy, en cuatro páginas clave de su informe The Global 2000. A Projection of Species Extinctions, dirigido al presidente Jimmy Carter, el que alertó sobre la alarmante desaparición de especies animales y vegetales. Sin embargo, fue Edward O. Wilson, profesor de la Universidad de Harward, el que acuñó el término de diversidad biológica (Biodiversity). Wilson considera que la destrucción de especies animales y vegetales es el delito que menos nos perdonarán las generaciones venideras. Tras muchos esfuerzos, en junio de 1992, el Convenio sobre Biodiversidad fue aprobado y firmado por 150 países en la "Cumbre de la Tierra" de Río de Janeiro.Estos son los antecedentes sobre parte de la legislación que protege nuestro medio natural, y especialmente, a las especies consideradas en peligro de extinción. Y en este punto es dónde se conectan las dos escalas, local y global, que configuran nuestra existencia. Aquí, también tenemos especies en grave riesgo de desaparición, y quienes deben mantener el liderazgo en su protección son nuestras instituciones. Sin embargo, esta circunstancia queda en entredicho.

La ranita meridional (Hyla meridionalis), la ranita de Igeldo, se encuentra en esta situación. Aunque está protegida por diversos convenios de la UE y la ley vasca de Conservación de la Naturaleza la declara como único anfibio en peligro de extinción de Euskadi, la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno vasco no han habilitado las medidas necesarias para garantizar su supervivencia. Esta cuestión se puede apreciar claramente, a través de las decisiones judiciales de paralización de las obras de destrucción del embalse de Gurelesa, la opinión de la Corte Internacional de Arbitraje Medioambiental y la de numerosos expertos herpetólogos.- Jesús Rubio Pilarte. Sociólogo y miembro de Haritzalde. San Sebastián.

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